RÍO NEGRO | Que su sangre derramada en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, sirva como semillas que fructifiquen, conscientes de que el verdadero amor se hace dando la vida por quienes se ama de verdad, así lo pidió el Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad al compartir la invocación religiosa en la Sede de PNA, Carmen de Patagones. En la tercera y última jornada de su visita pastoral a la provincia de Río Negro, Mons. Santiago Olivera compartió una invocación religiosa, el 22 de mayo, en el 43° aniversario de la actuación de la Prefectura Naval Argentina en Malvinas con el combate aeronaval del Guardacostas GC 83 Río Iguazú.
En su oración, el Obispo decía, “que su sangre derramada en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, sirva como semillas que fructifiquen en el interior de cada ciudadano, de cada prefecturiano, conscientes de que el verdadero amor se hace dando la vida por quienes se ama de verdad. Derrama tu abundante bendición a todo el Personal Superior, Subalterno y Civil Veterano de Guerra de Malvinas de la Institución, a los derechohabientes, hijos y herederos de aquellos que no se encuentran físicamente con nosotros y a cuantos se destacaron en el marco del mencionado conflicto”.
A continuación, compartimos en forma completa la invocación religiosa de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad:
INVOCACIÓN RELIGIOSA
Homenaje a la actuación de la Prefectura Naval Argentina en la Guerra de las Islas Malvinas en 1982
«Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás …» (Jn 11,25-26)
Al conmemorar el 43° aniversario de la actuación de la Prefectura Naval Argentina en la Guerra de Malvinas por el combate aeronaval del Guardacostas 83 «Río Iguazú»; la Nación y la Institución, agradecidas, elevan esta oración como homenaje y reconocimiento fraterno y sincero para todos los hombres de la misma: personal superior, subalterno y civil, destacados en los distintos medios: marítimos, terrestres y aéreos, y -a quienes imbuidos de un alto espíritu patriótico-, militares, civiles, hermanos de nuestra Patria, participaron y murieron defendiendo aquella porción de suelo patrio.
Que su sangre derramada en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, sirva como semillas que fructifiquen en el interior de cada ciudadano, de cada prefecturiano, conscientes de que el verdadero amor se hace dando la vida por quienes se ama de verdad.
Derrama tu abundante bendición a todo el Personal Superior, Subalterno y Civil Veterano de Guerra de Malvinas de la Institución, a los derechohabientes, hijos y herederos de aquellos que no se encuentran físicamente con nosotros y a cuantos se destacaron en el marco del mencionado conflicto.
A todos los que participaron en la Gesta de Malvinas y volvieron, concédeles la fortaleza necesaria para seguir cumpliendo con sus deberes de cada día. A cuantos partieron al Puerto Final, el de la Eterna Bienaventuranza, dales el eterno descanso en la esperanza del reencuentro feliz con ellos junto a Ti en el cielo. A todos los familiares y seres queridos, les retribuyas con creces la generosidad con que los acompañaron y asisten en todo momento.
Que nuestra Madre y Augusta Patrona, la Virgen Stella Maris, marque nuestro derrotero al Puerto Final junto a Ti en el Cielo, concediéndonos, tanto en la vida como en la muerte, la misericordiosa dulzura de la paz.
Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes, sus familias, seres queridos y los acompañe siempre. Amén.



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