MONS. OLIVERA | El legado de Francisco quedará plasmado en el corazón de la rica historia de nuestra Iglesia, como así también, de la rica historia de nuestro país

8 agosto, 2025

MONS. OLIVERA | El legado de Francisco quedará plasmado en el corazón de la rica historia de nuestra Iglesia, como así también, de la rica historia de nuestro país, la reflexión se desprende de la nota del Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad publicada en la Revista del Suboficial en su edición Nº 736 del año 25 de su fundación. El testimonio gráfico de nuestro Obispo titulado, “Una semblanza de gratitud para el Papa Francisco” inicia recordando las palabras compartidas por Su Santidad Francisco en la última Misa presidida por él, en ocasión del Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de Seguridad en febrero último.

Además, Mons. Santiago Olivera repasó “en la Misa que celebremos por él, el 25 de abril, compartamos en la homilía: “Mucho podríamos subrayar, y vamos escuchando en estos días sobre el Magisterio de Francisco, (…). Quizás, como argentinos, no supimos entenderlo o valorarlo más. Capaz por esa actitud nuestra de llevar a nuestra realidad nacional, o todo lo veíamos con nuestros ojos más limitados”.

Completando, Mons. Santiago agregaba, “creo que su legado quedará plasmado en el corazón de la rica historia de nuestra Iglesia, como así también, de la rica historia de nuestro país, como uno de sus hijos más ilustres que vino para ocupar un lugar, a los ojos de los hombres, en lugar de “poder y autoridad”, y que supo aprovecharlo para tantos, y abrazar a los más pobres y marginados, más necesitados, más alejados. Gracias a Dios por el Papa Francisco. Valoro mucho este lugar de gratitud, quede plasmada también en este sentido reconocimiento por parte de la Revista del Suboficial, aprovecho para renovar mi bendición para ustedes”.

A continuación, compartimos en forma completa la nota publicada de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad en RS:

Una semblanza de gratitud para el Papa Francisco

Por Santiago Olivera, Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad

Mucho se ha dicho de la figura del Papa, lo que muestra la gran importancia de su misión, común a todo Pontífice; sumando la distintiva figura de Francisco. Nosotros, como Obispado Castrense, tuvimos la gracia de compartir la última Eucaristía que el Santo Padre pudo presidir, cuando participamos de la Misa con motivo del “Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de Seguridad”. Ahí el Papa no pudo terminar de leer su homilía y la cedió para que sea leída (gesto que fue acompañado por un cálido y sentido aplauso).

En dicha homilía, el Papa trajo a colación la misión de los hombres y mujeres de las Fuerzas:

“Hermanos y hermanas, esta palabra de esperanza nos acompaña hoy, mientras celebramos el Jubileo de las Fuerzas Armadas, Policía y Cuerpos de Seguridad, a quienes agradezco su servicio, saludando a todas las autoridades presentes, a las asociaciones y a las académicas militares, como también a los Obispos militares y a los capellanes. Ustedes están llamados a intervenir en muchos escenarios de crisis que por una misión, que podría definirse como una “vocación”, los ha puesto al lado de la vida de nuestros pueblos, del compromiso por la seguridad, la existencia de la legalidad y la justicia, la presencia en las penitenciarías, la lucha contra la criminalidad y las diferentes formas de esclavitud contemporánea en favor de la paz social. Y recuerden también a sus compañeros que han perdido la vida en estas difíciles situaciones, manteniendo el orden público, por el rescate de las vidas de los marinos, por los más frágiles, por la promoción de la paz (…). [Jesús] nos enseña que el bien puede vencer a pesar de todo; nos enseña que la justicia, la lealtad y la pasión civil hoy siguen teniendo valores; nos enseña que podemos crear un mundo más humano, más justo y más fraterno, a pesar de las fuerzas oscuras del mal”.

Destacó la responsabilidad de nosotros, los capellanes:

“Y en esta tarea, que abarca toda la vida, también están acompañados de los capellanes, una presencia sacerdotal en medio de ustedes. Ellos no prestan su servicio —como a veces ha pasado tristemente en la historia— para bendecir perversas acciones de guerra. No. Ellos están en medio de ustedes como presencia de Cristo que quiere acompañarlos, ofrecerles consuelo y serenidad, animarlos a dar lo mejor de ustedes mismos, acompañarlos en sus tareas como apoyo moral y espiritual, que los ayude a desempeñar sus cargos a la luz del Evangelio y al servicio del bien”.

Y también nos agradeció:

“Queridos hermanos y hermanas, les agradezco cuanto hacen, con enorme arriesgo en sus propias vidas. Gracias porque, también sobre nuestras barcas en peligro, nos sostienen y protegen y nos alientan a seguir nuestra travesía”.

Para nuestro obispado, también fue parte importante de nuestra historia, el haber sido el Santo Padre nuestro Administrador Apostólico desde el 29 de agosto del 2002 hasta el 17 de diciembre de 2002. Lo recordamos con gratitud por su cercanía, su entrega y su testimonio pastoral.

En la Misa que celebremos por él, el 25 de abril, compartamos en la homilía:

*“Mucho podríamos subrayar, y vamos escuchando en estos días sobre el Magisterio de Francisco, pero estoy seguro de que a muchos nos quedará para siempre en nuestra memoria y corazón sus gestos, nada que diga que Francisco hablaba con sus acciones. Nos ayudó como Iglesia a mirar lo esencial y a renovar la pasión evangelizadora y cercanía a los más pobres, a los que más sufren, a los inmigrantes, a los indígenas, a los presos, a los postergados, en fin, a la mirada hacia todos los que sus márgenes de la vida no cuentan a los ojos humanos, y como dice el Papa, para los descartados”.

Quizás, como argentinos, no supimos entenderlo o valorarlo más. Capaz por esa actitud nuestra de llevar a nuestra realidad nacional, o todo lo veíamos con nuestros ojos más limitados.

Creo que su legado quedará plasmado en el corazón de la rica historia de nuestra Iglesia, como así también, de la rica historia de nuestro país, como uno de sus hijos más ilustres que vino para ocupar un lugar, a los ojos de los hombres, en lugar de “poder y autoridad”, y que supo aprovecharlo para tantos, y abrazar a los más pobres y marginados, más necesitados, más alejados.

Gracias a Dios por el Papa Francisco. Valoro mucho este lugar de gratitud, quede plasmada también en este sentido reconocimiento por parte de la Revista del Suboficial, aprovecho para renovar mi bendición para ustedes.

PAPA FRANCISCO

(Buenos Aires, 1936; Roma, 2025)

“Tenemos de todo: montañas, bosques, llanuras, costas, todas las riquezas en minería. Tenemos todo. ¡Qué país rico! Pero la riqueza más grande que tiene nuestra Patria es el pueblo, ese pueblo que sabe ser solidario, que sabe caminar uno junto a otro, que sabe ayudarse, que sabe respetarse, es ese pueblo argentino que no se marea, que sabe encontrar sabiduría, y cuando se marea, los otros lo ayudan a que se le vaya el mareo. Yo a ese pueblo argentino lo respeto, lo quiero, lo llevo en mi corazón, es la riqueza más grande de nuestra Patria”.

Papa Francisco

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