CASA ROSADA | Mons. Santiago celebró Santa Misa en la Capilla Cristo Rey, en la mañana del viernes 22 de marzo en preparación de Semana Santa. Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña y el Capellán, Padre Charbel Makhlouf, participaron fieles castrenses, (empleados de Casa de Gobierno e integrantes de Casa Militar).

Dice la oración Colecta, <<Dios nuestro, tú quisiste que la Virgen Madre estuviera junto a la Cruz de su Hijo participando de su Pasión; protege y acrecienta en tu familia los frutos de este sagrado misterio …>>. A lo que nos preguntaba el Obispo, ¿Qué dolores actuales nos podrán separar del amor de Cristo?

“Ninguno, ni la tristeza por los que fallecieron, ni el desempleo, ni la y económica, ni la pobreza generalizada, (…), nada de eso <<podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor>>”. A la luz del Evangelio Jn 19, 25-27, nos decía Mons. Santiago, (…) esta es la imagen del dolor de todos los hombres y mujeres que perdieron lo más hermoso, como son los hijos o los seres más queridos; María junto a la cruz es la mujer que lleva los dolores de todas las mujeres y espera en el amor liberador de su Hijo.

El «aquí tienes» nos hace receptores del dolor de todos y a la vez se refugió de los dolientes del mundo”. Continuando, el Obispo decía a los presentes, “no importa el número que seamos, muchos, pocos, éste es un buen momento para recordar las palabras del Papa Pío XII, <<misterio verdaderamente tremendo y que jamás se meditará bastante el que la salvación de muchos dependa de las oraciones y sacrificios de unos pocos (…)>>.

Nosotros aquí, desde esta Capilla Cristo Rey, rezamos por nuestro mundo, por los que nos gobiernan, por nuestra Patria, por nuestras familias, rezamos para que aumente la fe, rezamos por las necesidades de nuestro pueblo. Aunque seamos pocos, nuestra tarea es artesanal y es personal, tomamos esta vocación, esta llamada de rezar y celebrar por tantos que necesitan de nuestras oraciones, también nosotros, seguramente somos frutos de las oraciones de nuestros familiares, amigos, de nuestras comunidades”.

Finalmente, al impartir su bendición, Mons. Olivera pedía, “que la Virgen Dolorosa, quien nos ha dado el ejemplo del amor invencible nos haga firmes en la fe y auténticos en la caridad. Él, que ha querido asociar a la Virgen Madre a los dolores de su Hijo Crucificado les conceda compartir el misterio de su Pasión en los trabajos y dolores de cada día. Que unidos a Cristo en su Pasión y Resurrección y alentados por la Santísima Virgen puedan alegrarse profundamente cuando se revele su Gloria”.-