Córdoba | Todos renovamos nuestro sí, en tu “Sí”, al proyecto de Dios para nuestras vidas, así lo expresaba el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía durante la celebración de la Santa Misa, donde Mons. Santiago Olivera, consagró Virgen a la hermana Silvia Noemí Zárate.  Fue en la mañana del 25 de marzo, en la Solemnidad de la Anunciación del Señor, en la Parroquia Nuestra Sra. de Valle, en la ciudad de Córdoba, capital de la provincia homónima.

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago, concelebraron, el Vicerrector del Seminario Diocesano, Padre Diego Pereyra, los Capellanes Castrenses, Padre Juan Martínez, Padre Pablo Vilca García, Padre Julio Monje, Padre Daniel Julián, Padre Mario Bernabey, Padre Claudio Boffi, y Sacerdotes Padre Luis liberti  y el confesor de Silvia Zárate, Padre Martin Cervato, participaron Vírgenes Consagradas de la Arquidiócesis de Córdoba y San Juan, fieles castrenses de las Fuerzas Armadas y Fuerzas Federales de Seguridad. En la Homilía, el Obispo señalaba, “luego de un camino recorrido en las queridas Esclavas del Corazón de Jesús, Las Mensajeras de Jesús en la Familia y el Instituto Secular Bernarditas, han ido preparando tu camino hacia esta Consagración en el orden de Vírgenes para nuestra Iglesia diocesana.

Diócesis que tiene sacerdotes incardinados, diáconos, y que tendrá algunos más pronto- Dios mediante-, seminaristas…, tiene también presencia de Vírgenes consagradas: como la Hna. Cecilia Imbrogno que hoy está celebrando sus seis años de consagración, se sumará hoy Silvia, para enriquecer, más aún, a nuestra diócesis personal”. Agregando, continuó Mons. Santiago diciendo, “para la Iglesia Castrense, para esta Iglesia particular es un muy importante y un motivo de gozo muy grande contar con una nueva Virgen Consagrada, la primera propiamente para nuestra Diócesis, donde más que lo que ella hace, es justamente lo que ella representa, alegría”.

Continuando, decía el Obispo, “es una de las razones y misión de la Virgen consagrada, rezar por cada hombre y mujer que forma parte de nuestra familia diocesana, acompañar con la oración de intercesión, como una de las misiones mejores de tu consagración, querida Silvia. Además de tu estrecho vínculo y cercanía con el obispo”.

Profundizando en sus palabras, Mons. Olivera, agregaba, “decía de tu camino recorrido y celebro con gratitud, que has tenido de cada Comunidad que te ha formado, una mirada agradecida y una experiencia de riqueza espiritual. Podría decirse que ha sido la siembra de esta “cosecha” de hoy, celebrar tu consagración definitiva en el Orden de Vírgenes.

La virginidad mira a lo escatológico, aquella enseñanza de Jesús, que, en el Cielo, seremos como ángeles, ahí no habrá esposos. Tu vida, tal lo cual lo has expresado en el interrogatorio recién escuchado, quiere ser un signo de esa vida en el Cielo, de esa promesa que todos esperamos como peregrinos de esta tierra y ciudadanos del Cielo”.

Completando, Mons. Santiago compartía, “también en tu “sí” de hoy Silvia, cada uno de nosotros renovamos nuestro sí, en nuestro estado de vida actual, tanto los consagrados- es grato ver la presencia de sacerdotes que han acompañado y acompañan tu vida, como sacerdotes de nuestra diócesis, pero están también aquí, del orden de vírgenes de la Arquidiócesis de Córdoba; también familias y esposos, todos renovamos nuestro sí, en tu “Sí”; al proyecto de Dios para nuestras vidas. El hágase, es la clave para el camino que está recorriendo Silvia, que siempre la presencia de la Virgen la ayude, como nos ayuda a todos nosotros los bautizados, a desear y cumplir la voluntad de Dios”.

Sobre, el final de la Homilía, el Obispo decía sobre la primera Lectura de hoy, “escuchamos, del profeta Isaías “Dios está con nosotros”, en el día que celebramos la Anunciamos, este misterio del amor de Dios- celebrado en la Navidad- Dios se hace uno de nosotros, no tenemos nada que temer. Y eso es posible, como hemos escuchado, en el Evangelio, gracias al Sí de María, de Ella queremos aprender la confianza y la disponibilidad, nada tememos porque Dios está con nosotros a lo largo de toda nuestra vida, para que toda nuestra vida sea- siempre- de Dios a ejemplo de María”.

Al concluir la celebración, el Obispo agradeció muy particularmente la presencia de todos, así como también la acogida brindada por el Capellán de la PSA, Padre Juan Martínez, Párroco de la Parroquia, Ntra. Sra. del Valle quien abrió las puertas del Templo y en se celebró como Iglesia Diocesana Castrense. También expresó, “es un gozo y el consuelo que nos da a la Diócesis Castrense de Argentina saber que las Vírgenes Consagradas en el Obispado rezan por el Obispo, los Capellanes, y por todo el Pueblo de Dios.

Esto es verdaderamente un motivo de consuelo y de alegría saber que nosotros que estamos en la batalla diaria estamos sostenidos, porque en la trinchera encontramos a estas mujeres de Dios, que nos hablan de la primacía del Señor, por lo tanto, pueden ser todas de Dios y rezan por cada uno de nosotros”.-