Macedonia del Norte | Continúen trabajando para que los hijos de esta tierra puedan en el ejemplo de la Madre Teresa alcanzar la vocación que Dios ha soñado para ellos, es un resumen del mensaje expresado por el Santo Padre en su saludo al Presidente, Cuerpo Diplomático, Autoridades civiles y religiosas en su primera visita a la República. Al respecto decía, “es la primera vez que el Sucesor del apóstol Pedro va a la República de Macedonia”, declarando, “me complace poder hacerlo en el 25 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, que se estableció pocos años después de la independencia, que tuvo lugar en septiembre de 1991”.

Continuando decía del país, “su tierra, un puente entre el Este y el Oeste (…), condensa muchas características peculiares de esta región. Con la evidencia refinada de su pasado bizantino y otomano, (…) revelan una presencia cristiana desde los tiempos apostólicos, manifiesta la densidad y riqueza de la cultura milenaria que la habita”.

El Santo Padre también dijo de ésta cualidad, “(…) esta riqueza cultural es solo el espejo de su patrimonio más valioso y valioso: la composición multiétnica y multirreligiosa del rostro de su pueblo, el resultado de una rica y, por qué no, incluso una compleja historia de relaciones tejidas a lo largo de los siglos”. Respecto de su tarea, de sus esfuerzos como sociedad, también resaltó, “todos los esfuerzos que se realicen para que las diferentes expresiones religiosas y los diferentes grupos étnicos encuentren una base común de entendimiento con respecto a la dignidad de cada persona humana y en la consiguiente garantía de libertades fundamentales, nunca serán en vano; de hecho, constituirán la siembra necesaria. Para un futuro de paz y fecundidad”.

También destacó, “(…) el generoso esfuerzo realizado por su República, tanto por sus Autoridades Estatales como con la contribución válida de varias organizaciones internacionales, la Cruz Roja, Caritas y algunas ONG, para dar la bienvenida y brindar asistencia a la gran cantidad de migrantes y Refugiados de diferentes países del Medio Oriente”. Sobre esto, también les pidió, “(…) que la cadena de solidaridad que distinguió esa emergencia sea atesorada, en beneficio de cada trabajo de servicio voluntario al servicio de muchas formas de dificultad y necesidad”.

Por últimos el Santo Padre Francisco recordó, “(…) me gustaría rendir un homenaje muy especial a uno de sus ilustres conciudadanos que, movidos por el amor de Dios, hicieron de la caridad hacia los demás la ley suprema de su existencia, despertando admiración en todo el mundo e inaugurando un camino específico y radical ponerse al servicio de los abandonados, los rechazados, los más pobres. Me refiero claramente a la que es universalmente conocida como la Madre Teresa de Calcuta”. Cerrando, el Pontífice les pidió, “los exhorto a continuar trabajando con compromiso, dedicación y esperanza para que los hijos e hijas de esta tierra puedan, en su ejemplo, descubrir, alcanzar y madurar la vocación que Dios ha soñado para ellos”.

A continuación compartimos con ustedes el discurso brindado por Su Santidad Francisco:

Señor presidente

Señor primer ministro,

Distinguidos miembros del cuerpo diplomático,

Autoridades civiles y religiosas separadas,

Queridos hermanos y hermanas,

Agradezco cordialmente al Presidente sus amables palabras de bienvenida y la invitación de bienvenida para visitar el norte de Macedonia, que él, junto con el Primer Ministro, me dirigió.

También agradezco a los representantes de las otras comunidades religiosas aquí presentes. Saludo cordialmente a la comunidad católica representada aquí por el Obispo de Skopje y la Eparca de la Eparquía de la Santísima Virgen María de la Asunción en Strumica-Skopje, que es una parte activa e integral de su sociedad y participa plenamente en las alegrías, preocupaciones y la vida. Diario de tu pueblo.

Es la primera vez que el Sucesor del apóstol Pedro va a la República de Macedonia, y me complace poder hacerlo en el 25 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede, que se estableció pocos años después de la independencia, que tuvo lugar en septiembre de 1991.

Su tierra, un puente entre el Este y el Oeste y el punto de confluencia de muchas corrientes culturales, condensa muchas características peculiares de esta región. Con la evidencia refinada de su pasado bizantino y otomano, con las audaces fortalezas entre las montañas y los espléndidos iconostasios de sus antiguas iglesias, que revelan una presencia cristiana desde los tiempos apostólicos, manifiesta la densidad y riqueza de la cultura milenaria que la habita. Pero permítame decir que esta riqueza cultural es solo el espejo de su patrimonio más valioso y valioso: la composición multiétnica y multirreligiosa del rostro de su pueblo, el resultado de una rica y, por qué no, incluso una compleja historia de relaciones tejidas a lo largo de los siglos.

Este crisol de culturas y pertenencias étnicas y religiosas ha dado lugar a una coexistencia pacífica y duradera, en la que las identidades individuales han podido expresarse y desarrollarse sin negar, oprimir o discriminar a los demás. Tenían una actitud mayor que la tolerancia: sabían que tenían respeto. Así, han dado forma a un tejido de relaciones y situaciones que, desde este punto de vista, pueden ser un ejemplo para referirse a una convivencia serena y fraterna, en la distinción y en el respeto mutuo.

Estas características especiales son, al mismo tiempo, de gran importancia en el camino hacia una mayor integración con los países europeos. Espero que esta integración se desarrolle positivamente para toda la región de los Balcanes Occidentales, así como que siempre se lleve a cabo respetando la diversidad y los derechos fundamentales.

Aquí, de hecho, tanto la diferente afiliación religiosa de ortodoxos, musulmanes, católicos, judíos y protestantes, como la distinción étnica entre macedonios, albaneses, serbios, croatas y personas de otros orígenes, ha creado un mosaico en el que cada mosaico es necesario para la originalidad y la belleza de la imagen global. Belleza que alcanzará su máximo esplendor en la medida en que puedas transmitirla y sembrarla en los corazones de las nuevas generaciones.

Todos los esfuerzos que se realicen para que las diferentes expresiones religiosas y los diferentes grupos étnicos encuentren una base común de entendimiento con respecto a la dignidad de cada persona humana y en la consiguiente garantía de libertades fundamentales, nunca serán en vano; de hecho, constituirán la siembra necesaria. Para un futuro de paz y fecundidad.

También me gustaría señalar el generoso esfuerzo realizado por su República, tanto por sus Autoridades Estatales como con la contribución válida de varias organizaciones internacionales, la Cruz Roja, Caritas y algunas ONG, para dar la bienvenida y brindar asistencia a la gran cantidad de migrantes y Refugiados de diferentes países del Medio Oriente. Huyeron de la guerra o de condiciones de extrema pobreza, a menudo inducidas precisamente por episodios serios de guerra, y en los años 2015 y ’16 cruzaron sus fronteras, principalmente dirigidas hacia el norte y el oeste de Europa, encontrando en usted un refugio válido. La pronta solidaridad ofrecida a aquellos que tenían la necesidad más aguda de haber perdido a tantos seres queridos además del hogar, el trabajo y la patria, los honra y habla del alma de esta gente que, conociendo también las privaciones, reconoce en solidaridad y en el reparto de bienes los caminos de todo auténtico desarrollo. Espero que la cadena de solidaridad que distinguió esa emergencia sea atesorada, en beneficio de cada trabajo de servicio voluntario al servicio de muchas formas de dificultad y necesidad.

También me gustaría rendir un homenaje muy especial a uno de sus ilustres conciudadanos que, movidos por el amor de Dios, hicieron de la caridad hacia los demás la ley suprema de su existencia, despertando admiración en todo el mundo e inaugurando un camino específico y radical ponerse al servicio de los abandonados, los rechazados, los más pobres. Me refiero claramente a la que es universalmente conocida como la Madre Teresa de Calcuta. Nació en un suburbio de Skopje en 1910 con el nombre de Anjezë Gonxha Bojaxhiu y realizó su apostolado, hecho de humilde y total entrega en la India, y a través de sus hermanas llegó a los límites geográficos y existenciales más diversos. Me complace poder ir a rezar en el Memorial dedicado a ella, construido en el sitio de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el que fue bautizada.

Estás justamente orgulloso de esta gran mujer. Los exhorto a continuar trabajando con compromiso, dedicación y esperanza para que los hijos e hijas de esta tierra puedan, en su ejemplo, descubrir, alcanzar y madurar la vocación que Dios ha soñado para ellos.

 

Señor presidente

La Santa Sede, desde el momento en que el norte de Macedonia obtuvo su independencia, ha acompañado con gran atención los pasos que el país ha dado para promover el diálogo y el entendimiento entre las autoridades civiles y las confesiones religiosas.

Hoy, Providence me ofrece la oportunidad de expresar mi cercanía en persona; y, por lo tanto, también para expresar nuestro agradecimiento por la visita que cada año hace su delegación oficial al Vaticano con motivo de la fiesta de los santos Cirilo y Metodio. Los aliento a continuar confiando en el viaje iniciado para hacer de su país un faro de paz, aceptación e integración fructífera entre culturas, religiones y pueblos. A partir de sus respectivas identidades y el dinamismo de su vida cultural y civil, podrán así construir un destino común, abriéndose a las riquezas de las cuales cada una es portadora.

¡Que Dios proteja y bendiga al norte de Macedonia, que lo conserve en armonía y le otorgue prosperidad y alegría!