MONS. OLIVERA | Cuando nosotros nos acercamos a María debemos también renovar nuestro deseo de escucha y prontitud de encarnar y vivir el plan de Dios en nuestras propias vidas, así lo señalaba el Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad al compartir la Homilía, al presidir la Santa Misa en acción de gracias por Ordenaciones Sacerdotales, en la Basílica Ntra. Sra. de Luján. Fue en el mediodía del jueves uno de mayo, cuando el Obispo, peregrinó junto a cuatro sacerdotes, quienes el próximo 8 de mayo cumplirán un nuevo aniversario de su ordenación sacerdotal.
Se trata del Padre, Hugo Agüero, el Capellán, Padre Rubén Campos quienes cumplen 16 años y el Capellán, Padre Diego Pereyra y el Padre David Silva quienes celebrarán 15 años de ordenación, todos ordenados por Mons. Santiago Olivera en tiempos en que era Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje, en nuestra provincia de Córdoba. En la Homilía, Mons. Santiago señaló, “los santuarios son aquellos lugares, donde gracias a Dios, también con la presencia del pueblo santo, se nos hace sentir que venimos a casa, que es la casa de todos, donde venimos a peregrinar, y en este caso concreto a la casa de la Madre de Luján, Patrona de nuestra Patria.
Estamos aquí nosotros peregrinando, (…) los Padres que me acompañan, celebran el 8 de mayo, el día de la Virgen de Luján, Hugo y Rubén 16 años de ordenación y Diego y David 15 años a quienes ordené en la Diócesis de Cruz del Eje, en tal sentido quisimos sumarnos, venir a la casa de la Madre, (…)”. Continuando, agregó, “queremos aquí, desde esta tierra, desde este santuario a María darle sinceras gracias por las vidas de estos cuatro sacerdotes. Damos gracias por el ministerio de ellos, haciendo memoria agradecida, renovamos y renuevan este deseo de seguir caminando según el querer Dios y de la Virgen”.
Avanzando, el Obispo, dijo, “(…) recién hicimos dos oraciones coletas, una de la Virgen de Luján, estamos en la novena de la Madre, pronto celebraremos su fiesta, y María nos habla justamente de su presencia materna, de su cercanía de madre. Nos recuerda por una parte esa actitud suya de escucha, de docilidad y prontitud a vivir el plan de Dios en su vida. Cuando nosotros nos acercamos a María debemos también renovar nuestro deseo de escucha y prontitud de encarnar y vivir el plan de Dios en nuestras propias vidas”.
En otro párrafo, Mons. Olivera señaló, “(…) cuando venimos a la casa de la Madre; María nos invita, recordando lo que dijo a los sirvientes cuando adelanta la hora de Jesús, en las Bodas de Caná, «hagan lo que Él les diga». María hizo lo que Dios le pedía, he invita a nosotros, sus hijos y de todos los tiempos a la luz de esas pocas palabras, dichas en la Boda de Caná, «hagan lo que Él les diga».
A veces, en nuestras vidas, en nuestras relaciones, en nuestras familias, nos faltan algunas cosas, tenemos necesidades, frente a esto, debemos escuchar de los labios y corazón de la Madre, hagan lo que Él les diga. Y como les decía, hemos rezado una segunda oración colecta, porque estamos celebrando el día de San José Obrero, día en que también recordamos a todos los trabajadores y damos gracias porque somos colaboradores de la obra colaboradora de Dios”.
Continuando, Mons. Santiago compartió, “hemos escuchado en la Primera Lectura de este día, algo que en el tiempo de la Pascua se nos invita a vivir, que es recuperar, siempre que vamos transitando por el camino de la gracia, a dejarnos conducir por el Evangelio, vamos recuperando la imagen y semejanza de Dios por la cual fuimos hechos. La Iglesia quiere hoy, que, en este primero de mayo, tengamos la mirada en San José, aquel que acompañó el plan de Dios en la Virgen y aquel que acompañó a su Hijo Jesús, no tenemos palabras de San José como sí de la Virgen, que la escuchamos en el Evangelio, en esa disponibilidad, en ese «hágase en mí, según tu palabra», y vemos en José, que también pudo hacer el hágase en su vida según el proyecto de Dios, (…)”.
Finalmente, el Obispo compartió, “que San José, el varón justo, el varón piadoso, el varón fiel también nos ayude a cuidar y custodiar la fe. Y en este caso, el de estos cuatro Padres que dan gracias por sus ministerios, que les ayude a cuidar y custodiar a los hijos de Dios, al pueblo que se les ha confiado, para hacerlos crecer, para hacerlos y recuperar la imagen y semejanza de Dios”.-





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