Mons. Olivera | El rostro de nuestra Iglesia Diocesana Castrense se manifestó hace 15 años en el Hospital Militar de Campo de Mayo en la presencia de las Hnas. de la Comunidad Beata Crescencia Pérez

29 diciembre, 2022

Mons. Olivera | El rostro de nuestra Iglesia Diocesana Castrense se manifestó hace 15 años en el Hospital Militar de Campo de Mayo (HMCM) en la presencia de las Hnas. de la Comunidad Beata Crescencia Pérez, así lo manifestó el Obispo Castrense de Argentina al participar del nuevo aniversario de la llegada de las religiosas al centro hospitalario. El último viernes 23 de diciembre, Mons. Santiago Olivera, visitaba el HMCM junto al Capellán Mayor del Ejército Argentino, Padre Eduardo Castellanos y el Rector de la Catedral Castrense, Stella Maris, Padre Diego Pereyra.

Mons. Santiago presidió la Santa Misa en el Capilla del Hospital, Ntra. Sra. de las Malvinas, concelebraron el Capellán Mayor del Ejército y el Rector de la Catedral Castrense, Stella Maris. Al concluir la celebración Eucarística, el Obispo compartía con nuestra redacción, “en esta Eucaristía agradecí, porque el rostro del Obispado Castrense de Argentina, de nuestra Iglesia Diocesana Castrense, se manifestó hace 15 años, en la presencia de las Hnas. de la Comunidad Beata Crescencia Pérez.  Las Hermanas, con su labor pastoral manifestaron la cercanía, la atención, el cariño y la ternura en el ámbito hospitalario, damos gracias por ello, porque acompañan a los hombres y mujeres de nuestra Diócesis, a aquellos que por distintos motivos y en diversas situaciones asisten al Hospital de Campo de Mayo”.

La Comunidad Beata Crescencia Pérez pertenecen al Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, se encuentran desde el 14 de diciembre de 2007 junto a la Diócesis Castrense de Argentina brindando asistencia espiritual en el Hospital Militar de Campo de Mayo, continuando la labor iniciada en 1937 por la congregación «Hijas de la Misericordia», cuya fundadora, la Beata Ma. de Jesús Crucificado Petkovic, también pasó por el hospital.

La Madre Fons Vitae quien hace cuatro años se encuentra en esta comunidad, a quince años de la llegada de las Servidoras al nosocomio castrense nos comparte su testimonio, “como congregación, como religiosas nuestro apostolado, el que realizamos en el Hospital Militar de Campo de Mayo es una gracia muy grande. Nuestra misión es una obra de misericordia, esta nos permite ejercer la caridad con los que más sufren, en este caso particular los pacientes, los enfermos y esto mismo es servir al mismo Cristo en cada uno de ellos”.

Profundizando, agregaba la Madre Fons Vitae, “este apostolado que realizamos es siempre una gracia que recibiremos, tal como el mismo Cristo prometió, <<estuve enfermo y me visitaste>> dijo Jesús. Este es un trabajo muy particular desplegado en el ámbito de las Fuerzas Armadas, esto tiene una distinta connotación, tal como lo vivimos, por ejemplo, el amor a la Patria”.

Consultada sobre, qué mensaje les daría a quienes trabajan diariamente en el Hospital, en este nuevo aniversario, la Madre Fons señaló, “que puedan encontrar el sentido espiritual a la labor material de atender a los enfermos en su salud física, observando que Dios no deja de recompensar la generosidad para con los enfermos, para los que más necesitan. Al conversar con el mismo personal de salud, los alienta mucho saber que más allá del trabajo y su remuneración, Dios los va a recompensar, entonces el trabajo, al hacerlo con amor, con virtud, al desempeñarlo de este modo, tiene ya su paga prometida en el cielo”.

Agregando, les recordó a los enfermos, “ciertamente son una pieza clave en la Iglesia, pues con su sufrimiento se unen a la Pasión del mismo Jesucristo, todo esto redunda en el bien de la misma Iglesia como el Cuerpo Místico. Así como unos miembros sufren y se ofrecen por los demás, también los enfermos cuando unen sus sufrimientos a la Cruz de nuestro Señor, Dios los recompensa de una manera especial, les tiene preparado una mayor gracia, una mayor bendición. Así les explicamos a ellos, a nuestros enfermos, exhortándolos a ofrecer sus sufrimientos, a llevarlos con paciencia y tratar de ver que Dios siempre de cada Cruz, de cada sufrimiento que permite, va a sacar bienes mucho más grandes, tal como la misma redención nos enseña”.

Sintetizando, la Madre Fons Vitae, recordó, “el mismo San Pablo dice, <<donde abundó el pecado sobreabunda la gracia>>, entonces de la Cruz de Cristo nos viene la redención, la salvación, la resurrección. La enfermedad, el sufrimiento, cada Cruz que cada persona tenga, cuando es ofrecida y unida a la Pasión del Señor va a redundar una gracia mucho más grande, sea en esta vida o sea en la otra, pero no olvidemos, que Dios no se deja ganar en generosidad cuando se le ofrece con amor y sobre todo, las cosas que más nos cuestan y nos duelen”.-

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