Mons. Olivera | Es el Señor el que da sentido a toda nuestra vida, es Él quien debe modelarla, sentimientos, pensamientos de Jesús es lo que todo cristiano tiene que intentar siempre vivir, así lo dijo el Obispo Castrense de Argentina al compartir la Homilía, durante la celebración de la Santa Misa, en cuarto Domingo de Pascua, del Buen Pastor. Celebrada en la Capilla San Lucas del Seminario San Juan de Capistrano y Santo Cura Brochero y donde Mons. Santiago Olivera confirió la Admisión a las Sagradas Órdenes los Seminaristas, Lucas Garcilazo y Ariel Padilla.

Presidió la Santa Misa, Mons. Santiago, concelebraron el Vicario General, Mons. Gustavo Acuña, Capellanes de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad, participaron seminaristas y fieles castrenses. En la Homilía, Mons. Olivera nos decía, “con mucha alegría estamos celebrando en un verdadero clima de familia como lo es nuestra familia castrense, nuestro Obispado, una Diócesis que sabemos es personal, por lo tanto, podríamos decir, de cercanía y de un trato bien artesanal.

Se nos confían los fieles, hombres y mujeres que trabajan en las distintas realidades de las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Federales de Seguridad. Nos da mucha alegría que cada tanto tengamos- como lo he dicho en otras oportunidades-, en nuestro espacio de formación, en nuestro Seminario Diocesano el tiempo para celebrar juntos, en este día para dar gracias a Dios por este camino que vienen transitando Lucas y Ariel, la Admisión a las Sagradas Órdenes que van a recibir”.

Continuando, decía el Obispo, “siempre debemos hacer el esfuerzo que la Palabra de Dios penetre en nuestra vida, que nos transforme el corazón que va fecundando y vamos viviendo de acuerdo a ella.  En la medida que adherimos nuestra vida a la Palabra que escuchamos sin lugar a dudas en la promesa y en la bienaventuranza de Jesús seremos dichosos y ferices, <<felices aquellos que escuchan y practican>>, que ponen en práctica la Palabra.   

La primera Lectura, «Los hechos de los Apóstoles», Pedro que lo conocimos en este tiempo de la Pasión y en una mirada más torpe, más frágil, más cobarde y más traicionera, lo sabemos, negó a Jesús tres veces. Pero por la misericordia de Dios, por su grandeza; podríamos decir, por la ternura de Jesús es que le dio la posibilidad- a Pedro- de reparar esas negaciones”.

Mons. Santiago decía, además, “estamos transitando en nuestro Obispado, preparándonos para el Jubileo del año 2027, y lo hacemos en este año que llamamos el año de la fe. Y la fe nos dice que tiene su raíz más honda en Jesucristo, es el Señor el que da sentido a toda nuestra vida, y es Él quien debe modelarla; sentimientos, pensamientos de Jesús es lo que todo cristiano tiene que intentar siempre vivir.  

El seguimiento nuestro a Jesucristo, no es a seguir algunas cosas, sino el seguimiento más verdadero y profundo es cumplir el proyecto de Dios en nuestra vida. Encarnar el proyecto de Dios en nuestra vida y es dejarnos configurar con Jesucristo, no hay otro nombre dado para nuestra salvación que el de Jesús, piedra angular”.

Más adelante, el Obispo compartía, “la segunda Lectura del Apóstol San Juan nos invita a mirar, <<miren cómo nos amó el Padre>>. Ésta también es una expresión que debe calar hondo en nuestro corazón, nuestra vida tiene que transitar como Cristo piedra angular, sentido y raíz de todo seguimiento con la certeza de que Dios nos miró y amó sin límite, el modo de amar de Dios.

Nuestro Padre Dios no es lejano, sino es un Padre cercano, Dios es Padre, yo soy hijo, <<felices aquellos que escuchan la Palabra y la ponen en práctica>>. Entonces, nuestra relación con Dios es una relación de hijo, con la certeza que nos lleva siempre al camino del bien, con la certeza con que cantábamos el Salmo 22, <<El Señor es mi Pastor, nada nos puede faltar>>, con Jesús nada nos puede faltar, miren cómo nos amó el Padre”.

En otro tramo, Mons. Santiago nos compartía, “el Evangelio en este Domingo del Buen Pastor, día que hemos elegido para que Lucas y Ariel reciban la admisión nos da la clave Jesucristo, una imagen que el pueblo de Israel tenía como muy claro, el pastor, las ovejas. La misión del pastor que en los tiempos de Jesús también es la imagen de los reyes que cuidaban, pastoreaban a su pueblo.

Pero los profetas comienzan a alertar de aquellos que no se comportaban como verdaderos pastores, aquellos que más bien vivían una vida según su salario, esto es como empleados. Actitud que no podríamos decir en nuestra jerga castrense el H24, el estar disponibles las 24 horas, este es el pastor que Jesús quiere y este es el pastor que nosotros como Iglesia Castrense queremos formar”.

Finalmente, el Obispo compartió, “Lucas, Ariel siguen caminando, siguen ahondando y sus formadores tendrán que ir viendo que en esa senda que les queda deberán continuando configurándose en esta imagen de Jesús que entregó su vida por amor a sus ovejas, a su pueblo; las ovejas de Jesús, el pueblo de Jesús que se nos confían desde el amor. El Papa Francisco no invita a pensar y repensar en esta Jornada Mundial de las Vocaciones en el involucrarnos, involúcranos, el pastor que Jesús nos presenta es un pastor que sana, que venda, que cura, que alegra, que consuela, no es un empleado, no es un funcionario, es un Buen Pastor que se asemeja al corazón grande de Jesús para involucrarse justamente en el único sentido de nuestra vida que es, anunciar el Evangelio y la Salvación que el Señor nos regala”.-