MONS. OLIVERA | La santidad es una vocación universal a la que todos estamos llamados, unámonos en una profunda oración por las causas de santidad de nuestra Diócesis, que nos inspiran y nos muestran el camino de la plenitud en Cristo, así lo pedía el Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad al compartir una carta dirigida a la comunidad Diocesana. Fechada e 12 de junio, Mons. Santiago Olivera señala que, “en los próximos días, la Comisión Teológica del Dicasterio para la Causa de los Santos, se reunirá en Roma continuando las etapas del proceso de la Causa del Venerable Siervo de Dios Enrique Shaw, (…). Su camino hacia los altares nos llena de particular gozo y es un testimonio de santidad surgida de nuestras diócesis”.
Así mismo, el Obispo nos convoca a rezar, “(…) por aquellos que también se encuentran en camino hacia la beatificación y canonización, vinculados de alguna manera a nuestra Iglesia Castrense: el Siervo de Dios Pascual Manuel Perrín, de la familia naval, y su hija Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide; el Beato Carlos de Dios Murias; el Siervo de Dios Monseñor José Orzali, Gran Pastor de Cuyo, quien fue capellán de la Fragata Sarmiento; y la Sierva de Dios Cecilia María de la Santa Faz OCD (Cecilia María Sánchez Sorondo), hija también de un militar del Ejército”.
Completando, Mons. Olivera compartía, “(…) la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino una vocación universal a la que todos estamos llamados, cada uno en su propio estado de vida y servicio. Para nuestro Obispado Castrense, esto significa vivir con integridad, fe y caridad en el exigente servicio a la Patria, en nuestras familias y en cada rincón donde el Señor nos ha llamado a estar presentes.
Unámonos en una profunda oración por estas causas de santidad, que nos inspiran y nos muestran el camino de la plenitud en Cristo. Que el testimonio de vida de estos siervos y siervas de Dios anime en nosotros el deseo de ser santos y de entregar nuestra vida con generosidad, como ellos lo hicieron”.
A continuación, compartimos en forma completa el mensaje de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad:
Buenos Aires, 12 de junio de 2025
Prot. 084/25 (2)
Querida Comunidad Diocesana:
Con alegría y esperanza, me dirijo a ustedes para compartir una importante noticia y extender una invitación a la oración.
En los próximos días, la Comisión Teológica del Dicasterio para la Causa de los Santos, se reunirá en Roma continuando las etapas del proceso de la Causa del Venerable Siervo de Dios Enrique Shaw, quien fuera por más de nueve años miembro de nuestra familia castrense como hombre de la Armada Argentina. Su camino hacia los altares nos llena de particular gozo y es un testimonio de santidad surgida de nuestras diócesis.
Asimismo, desde nuestro Obispado, continuamos impulsando y trabajando con fervor la causa del Siervo de Dios Coronel Argentino del Valle Larrabure, testigo con su vida de la fe y el deber.
Quiero invitarlos a que unamos nuestras oraciones por estos hombres ejemplares y por aquellos que también se encuentran en camino hacia la beatificación y canonización, vinculados de alguna manera a nuestra Iglesia Castrense:
- el Siervo de Dios Pascual Manuel Perrín, de la familia naval,
- y su hija Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide;
- el Beato Carlos de Dios Murias;
- el Siervo de Dios Monseñor José Orzali, Gran Pastor de Cuyo, quien fue capellán de la Fragata Sarmiento;
- y la Sierva de Dios Cecilia María de la Santa Faz OCD (Cecilia María Sánchez Sorondo), hija también de un militar del Ejército.
Sus vidas son un faro de santidad en diversos estados de vida.
En este contexto, y resonando con la celebración del Jubileo, nos iluminan las palabras del Santo Padre León XIV sobre la santidad. Con ocasión del Jubileo de la Santa Sede, el Pontífice tomó textualmente las palabras de la Oración Colecta de ese día para pedir:
“Concede, oh Padre, que tu Iglesia, sostenida por el amor de Cristo, sea cada vez más fecunda en el Espíritu, se regocije por la santidad de sus hijos y acoja en su seno a toda la familia humana”.
Nos decía el Santo Padre que la “fecundidad de María y de la Iglesia está inseparablemente vinculada a su santidad, es decir, a su conformación con Cristo. La Santa Sede es santa como lo es la Iglesia, en su núcleo originario, en la fibra de la que está tejida. Así, la Sede Apostólica custodia la santidad de sus raíces mientras es custodiada por ella. Pero no es menos cierto que también vive de la santidad de cada uno de sus miembros. Por ello, la mejor manera de servir a la Santa Sede es procurar ser santos, cada uno según su estado de vida y la tarea que se le ha confiado”.
Estas palabras nos recuerdan que la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino una vocación universal a la que todos estamos llamados, cada uno en su propio estado de vida y servicio. Para nuestro Obispado Castrense, esto significa vivir con integridad, fe y caridad en el exigente servicio a la Patria, en nuestras familias y en cada rincón donde el Señor nos ha llamado a estar presentes.
Unámonos en una profunda oración por estas causas de santidad, que nos inspiran y nos muestran el camino de la plenitud en Cristo. Que el testimonio de vida de estos siervos y siervas de Dios anime en nosotros el deseo de ser santos y de entregar nuestra vida con generosidad, como ellos lo hicieron.
Que la maternal protección de la Santísima Virgen María y la intercesión de los Santos y Santas nos acompañen siempre en este camino de santidad y misión.
Con mi afecto y mi bendición pastoral en el Señor,
+Santiago Olivera
Obispo Castrense
Y de las Fuerzas Federales de Seguridad
República Argentina


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