MONS. OLIVERA | Pidamos al Señor, que descubramos siempre en la Cruz, el testimonio vivo del amor de Dios que entregó su vida para salvarnos, así lo pidió el Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad al compartir la Homilía en el Viernes Santo. Mons. Santiago Olivera presidió la celebración de la Cruz en la Parroquia Ntra. Sra. de Luján Castrense, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), concelebraron el Capellán Mayor de la Armada, Padre Francisco Rostom Maderna, el Rector del Seminario Diocesano, Padre Daniel Díaz Ramos, el Párroco de la Iglesia, Padre Pita y los Capellanes Castrenses, Padre Daría Verón, Padre Luis Villafañe y el Padre Osvaldo Cerroni, participaron fieles castrenses.
El Obispo decía en la Homilía, “ciertamente la Liturgia del viernes Santo nos pone frente a la contemplación de este misterio, de un amor sin límite de Jesús, que, haciendo el camino del Calvario, el camino de la Cruz, en su muerte nos alcanza la vida para siempre. El hombre, Jesús, desandó del hombre Adán con total adhesión a la voluntad de Dios y muere por todos nosotros”.
Continuando, agregó Mons. Olivera, “también en el Evangelio que hemos escuchado según San Juan, quizás ha podido llamar la atención las tantas referencias a Jesucristo Rey, recordamos que el domingo pasado, en la procesión de Ramos, en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén lo llamamos Rey.
Y acá también, en varios momentos, a veces en tipo de burla, a veces en confesión del mismo Jesús, “si tú lo dices, yo soy Rey” vemos esta referencia, nosotros aún en la Cruz, aún en el dolor, aún el Vía Crucis, aún en el Camino de la Cruz, Él es nuestro Rey. Quiere decir que por Él nos dejamos gobernar, que por Él nos dejamos conducir, que en Él confiamos y que por Él y en Él no tenemos ningún temor”.
En otro párrafo, el Obispo señaló, “la Iglesia nos invita en este día a ponernos en ese gran silencio hasta el momento de profundo gozo que es la Pascua, que es donde la muerte ha sido vencida. Y sabemos, que, en todas las Iglesias, esté día, viernes Santo es el único día en que no hay celebración Eucarística, porque esperamos el momento y esa promesa del propio Jesús que no, nos dejaría huérfanos, que estaría siempre con nosotros hasta el fin, pero que ahora, contemplamos y esperamos en silencio”.
Mons. Santiago, siguió diciéndonos, “la Liturgia también presenta la oración universal que es modelo de nuestra oración de cada domingo, una oración que la Iglesia siempre hace al Padre y al Hijo, confiado en la universalidad y rezando por todos. Rezando por aquellos que conducen nuestros destinos en nuestros países, rezando por la Iglesia, rezando por todos, llevándonos a los pedidos individuales, pero también rezamos por la conversión. Rezamos por los que están más alejados, por los que no creen en Dios, los que se han ido por otros caminos equivocados”.
Completando, ahondó diciendo, “la oración fecunda, la oración confiada, esto es la oración con fe puede alcanzar aquello que pedimos. Tal como les decía, hoy no se celebra la Eucaristía, ayer celebramos de un modo solemne la institución de la Eucaristía, y hoy veneramos la Cruz”.
Finalizando, compartió el Obispo, “la cruz que todos llevamos nos identifica como cristianos, a la Cruz la cargamos como Jesús y esta es redención para nosotros, o la arrastramos y la sufrimos sin darle fecundidad a esa cruz que llevamos. Pidamos la gracia al Señor, para que descubramos siempre en la imagen de la Cruz, que más que un instrumento de dolor es ciertamente testimonio vivo y constante del amor de Dios, que entregó su vida para salvarnos y darnos la vida que no termina, dándonos la vida eterna”.-





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