Mons. Olivera | Pongo bajo la mirada de la Virgen, la vida de todos, que el manto de María los proteja, los sostenga, los anime y los consuele en esta vocación de servir a la Patria, la síntesis se desprende el vídeo mensaje transmitido por el Obispo Castrense de Argentina en la fiesta Patronal de Ntra. Sra. de la Merced. En día de la Patrona y Generala del Ejército Argentino, Mons. Santiago Olivera se dirigió a todos los integrantes de la Fuerza, recordando además la devoción del Gral. Manuel Belgrano a nuestra Madre.
A continuación, compartimos la transcripción del vídeo mensaje transmitido por Mons. Santiago Olivera Obispo Castrense de Argentina:
Dijo el Gral. Belgrano, <<a ti sola, oh Reina de los cielos y Madre de mi Sr. Jesucristo os debemos el triunfo que ha obtenido el Ejército de la Patria y hoy te nombro Generala del Ejército>>. Colocándole el bastón de mando en la mano y se retiró bañado en lágrimas.
Es de imaginar la emoción que produjo entre los fieles y la tropa esta ceremonia de tanta emotividad, por Ella, la Virgen Santísima, en su advocación de las Mercedes. Quedaba de hecho constituida Generala del Ejército Argentino, al que había de guiar a una nueva y decisiva victoria como para afianzar la alta jerarquía militar, que había conquistado con su maternal patrocinio.
Con mucha alegría, sabemos que, por decreto del Poder Ejecutivo, en los años 1943 y 1944 Ntra. Sra. del Carmen y a Ntra. Sra. de la Merced se las designó como Generales del Ejército Argentino. Es una maravilla saber, que tenemos a nuestra Madre de la Merced, nuestra Madre de la Misericordia que libera de tantas esclavitudes, como Patrona Ejército Argentino, el Ejército de nuestra Patria.
La sabemos no solo Patrona, sino Generala y con todo lo que implica para los hombres de la Fuerza, para los hombres del Ejército, para el Comando, para la obediencia. Entonces, este día que celebramos su fiesta Patronal, el 24 de septiembre, ponemos el deseo de dejarnos conducir por la Generala, Ntra. Sra. de la Merced.
Queremos escuchar esas expresiones, que, en las Bodas de Caná, la Virgen les dijo a los sirvientes, <<hagan lo que él les diga>>, invitaba a hacer lo que Jesús decía que tenían que hacer. Así, será nuestra vida feliz, en la medida que ajustamos nuestra vida a lo que Jesús diga.
Con todo lo que indica vivir el Evangelio, con todo lo que supone la exigencia de la vida cristina, de la vida Evangélica. Que es amar siempre, como amó Jesús, como ama Dios.
Que es, amar a todos sin distinción y que es amar primero, porque ese es el modo de amar de Dios. Que en esta fiesta entonces, podamos renovarnos en esta vocación cristina, que será escuchar de los labios de nuestra Madre, la Virgen de la Merced, Patrona y Generala del Ejercito, a hacer lo que Jesús nos indica.
Muy importante es tener presente la historia. La historia es una muy buena maestra, nada puede silenciarla y como la verdad se impone. Porque la historia verdadera se confronta con la realidad y ante ella, no hay distorsión posible, aunque podamos ver uno u otro aspecto, pero nos unimos en el encuentro con la realidad.
En este día, tengo bajo mi corazón y en la presencia de Dios, en la oración diaria, la vida de todos los hombres y las mujeres de nuestro Ejército Argentino, de los que pasaron, de los que están y de los que vendrán. Rezo por sus necesidades, por sus familias, por los que están pasando dificultades o momentos más duros, por las enfermedades, por los que están solos, por los que están en la cárcel y por quienes están angustiados.
Pongo bajo la mirada de la Virgen, la vida de todos, desde el Jefe, hasta el Soldado que ingresó en los últimos tiempos a este glorioso Ejército Argentino. Que el manto de María los proteja, los sostenga, los anime, los consuele en esta vocación de servir a la Patria, de estar dispuesto a dar la vida, de entregar como Jesús la vida hasta el extremo.
En el día de Ntra. Sra. de la Merced Patrona y Generala del Ejército, quiero también expresar mi gratitud al Capella Mayor, Padre Eduardo y a todos los Capellanes a lo largo y ancho del país, que sirven a nuestros servidores, que sirven a los hombres y mujeres de la Fuerza. Para todos, gratitud, bendiciones y feliz día de la Madre, que la Virgen de la Merced nos cobije a todos con su manto y no tengamos ningún miedo ni temamos ningún mal. Bendiciones y que María nos siga acompañando. –
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