MONS. OLIVERA | Que nuestra Madre, anime las misiones en nuestros destinos pastorales, en nuestras unidades militares, lugares de servicio y en nuestros hogares, así lo pedía el Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad Mons. Santiago Olivera en parte de su comunicado dirigido a la Comunidad Diocesana. El próximo 31 de mayo, la Iglesia recuerda la visitación de la Virgen María a su prima Isabel, ocasión en la que se celebra a María bajo el título de Reina de las Misiones, día de las Misiones.

Nuestro Obispo, nos decía, “aprovecho esta Fiesta de la Virgen para pedirle que nos impulse con un renovado servicio misionero, teniendo muy presente aquellas palabras del Papa Francisco: “Yo soy una misión” (Evangelii Gaudium n° 273)”. Agregando, señalaba, “somos misión con el testimonio de amor y fidelidad como esposos cristianos, en una paternidad generosa y responsable, que suscita en los jóvenes el deseo de proyectar sus vidas —desde la vivida de familia como un llamado— con vínculos más estables, noviazgos “sin tiempo de prueba de convivencia”, con apertura a la vida en su proyecto familiar”.

En otro párrafo el Obispo nos compartía, “en este Año Jubilar, peregrinos y misioneros de la esperanza, de la maternal cercanía de la Virgen María, nos siga haciendo prontos para acoger la misión, como una vocación recibida del Espíritu Santo”. Agregando, “(…) nuestro actual Pontífice, el Papa León XVI, quien ha manifestado recientemente su interés pastoral en que la Congregación para la Evangelización, que sustituye la antigua Congregación de la Evangelización de los Pueblos y la Dirección General de las Obras Misionales Pontificias, el Santo Padre subraya el papel de estas sedes en la evangelización global y en el fomento de una Iglesia universal y misionera”.

Finalmente, Mons. Olivera completo diciendo, “recientemente fue proclamada Patrona de las Misiones en Argentina, Santa María Antonia de San José (Mama Antula), a ella nos y le encomendamos también nuestros frutos misioneros. Que la alegría del Evangelio realmente nos llene el corazón y podamos anunciar con gozo la Buena Noticia de Jesús”.

A continuación, compartimos el mensaje de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad:

Obispado Castrense de la República Argentina
Buenos Aires, 28 de mayo de 2025

Prot.: 069/25 (2)

Querida Comunidad Diocesana.

El 31 de mayo de 2019, hace seis años ya, convocaba a toda nuestra Iglesia Diocesana para que esa jornada, todos los años, celebremos el Día de las Misiones, teniendo como ejemplar modelo a la Virgen Santísima que “partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá” (Lc. 1, 39). Esta advocación nos recuerda a la Virgen María, viendo con prontitud —el Papa Francisco hablaba de una nueva advocación “Nuestra Señora Apurada”— para llevar a Jesús y darlo a conocer a su prima santa Isabel y, en ella, a todos.

Aprovecho esta Fiesta de la Virgen para pedirle que nos impulse con un renovado servicio misionero, teniendo muy presente aquellas palabras del Papa Francisco: “Yo soy una misión” (Evangelii Gaudium n° 273). Cada uno de nosotros somos “misión” en el anuncio del Evangelio. Somos misión con el testimonio sacerdotal, y de la Vida religiosa, entre los jóvenes. Y que ellos, viendo nuestro entusiasmo misionero, se sientan también ellos llamados y llamadas a la vida de especial consagración.

Somos misión con el testimonio de amor y fidelidad como esposos cristianos, en una paternidad generosa y responsable, que suscita en los jóvenes el deseo de proyectar sus vidas —desde la vivida de familia como un llamado— con vínculos más estables, noviazgos “sin tiempo de prueba de convivencia”, con apertura a la vida en su proyecto familiar.

Que nuestra Madre, anime las misiones en nuestros destinos pastorales, en nuestras unidades militares, en nuestros lugares de servicio o en nuestros hogares familiares; nos impulse a la creación y animación de nuevos grupos castrenses con espíritu misionero. Hoy, como ayer, no pueden salir a misión nuestros obispos, sin nuestras oraciones y en la Iglesia toda.

En este Año Jubilar, peregrinos y misioneros de la esperanza, de la maternal cercanía de la Virgen María, nos siga haciendo prontos para acoger la misión, como una vocación recibida del Espíritu Santo. Que resuene fuerte el “yo soy una misión” en la conciencia y el testimonio de cada fiel, al estilo de la Madre del Señor y Madre nuestra.

En este mismo espíritu misionero, resonaban las palabras de nuestro actual Pontífice, el Papa León XVI, quien ha manifestado recientemente su interés pastoral en que la Congregación para la Evangelización, que sustituye la antigua Congregación de la Evangelización de los Pueblos y la Dirección General de las Obras Misionales Pontificias, el Santo Padre subraya el papel de estas sedes en la evangelización global y en el fomento de una Iglesia universal y misionera. Con su propia experiencia pastoral en Perú, el Papa León XIV ha destacado el impacto positivo de la misión en las comunidades eclesiales más jóvenes. Él nos anima a que la Iglesia sea misionera de esperanza y unidad, y a que todos los misioneros sean “fermento de armonía” en un mundo que a menudo se muestra dividido e injusto.

Esta invitación del Papa León XIV nos impulsa aún más a vivir con mayor fervor nuestro propio llamado a la misión en cada rincón de nuestra diócesis castrense.

Recientemente fue proclamada Patrona de las Misiones en Argentina, Santa María Antonia de San José (Mama Antula), a ella nos y le encomendamos también nuestros frutos misioneros.

Que la alegría del Evangelio realmente nos llene el corazón y podamos anunciar con gozo la Buena Noticia de Jesús.

Con mi bendición

+Santiago Olivera

Obispo Castrense

y de las Fuerzas Federales de Seguridad

República Argentina