Mons. Olivera | Se debe abogar por el dialogo, porque no solo está atacando a la Iglesia en Nicaragua, sino están lesionando el estado de derecho en el país, así lo expresó Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina al ser consultado por la situación que vive el país hermano. En los últimos días, los Obispo de Latinoamérica, incluida la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) han hecho públicas cartas solidarizándose con la Iglesia nicaragüense.
Por su parte, Mons. Santiago no es la primera vez que se refiere a Nicaragua, ya el domingo 14 agosto, en la Homilía compartida, señalaba, “nuestra vida cristiana debe ser anuncio del Evangelio, pero también debe ser denuncia de aquellas cosas que se oponen al Evangelio”.
Agregando, “por eso en Nicaragua hay persecuciones, por eso se arrestan a Obispos, sacerdotes, seminaristas, laicos, porque molesta la libertad del Evangelio, molesta la verdad del Evangelio.
Estamos llamados a ser testigos, a no tener la paz que supone no tener lio, sino a vivir la paz. Este es el camino del discípulo, del cual no tenemos que asustarnos, porque el Señor nos invita a esto, <<he venido traer fuego, el fuego que purifica, el fuego que arde>>”.
En esta semana, nuevamente el Obispo fue consultado y su voz señalaba, “en este dramático tiempo que vive Nicaragua, surge un clamor solidario, pidiendo a Dios que ayude a que encuentren caminos de diálogos. Donde puedan transitar en una convivencia sincera, respetuosa, pacífica, que se pueda respetar algo que es tan de los derechos humanos, que es el respeto de la libertad religiosa”.
Profundizando, Mons. Santiago compartía, además, “cuando hay entre comillas, guerras, declaradas o no, o situaciones violentas, es porque no se agotaron los medios del encuentro. Por lo tanto, se debe abogar por el dialogo, la convivencia, porque no solo están atacando a la Iglesia, sino están lesionando el estado de derecho en el país y creo que es importante la cordura”.
En otro tramo, el Obispo Castrense expresaba, “ver lo que sucede en el país hermano para mi es también, motivo de descubrir nuestra vocación cristiana, que ya el Señor lo había dicho. Tampoco escapamos a la persecución, o al querer hacernos callar, porque la verdad siempre molesta y hay que sacarla de lado”.
Añadiendo, subrayó, “a nuestro Maestro le paso eso, entonces a veces tristemente tenemos que sufrir estas realidades, pero que son evangélicas también.
Ver lo que sucede en Nicaragua llama la atención sinceramente, puesto que es una violencia extrema, porque su palabra molesta se les prohíbe andar libremente, es impresionante que esto suceda en nuestra América Latina, situaciones que parecían que eran de tiempos pasado. Pese a este dolor que se vive, esto será fecundo para la Iglesia, la Iglesia perseguida, con estas dificultades, enraizados en Jesús no podrán, ciertamente, no podrán con la Iglesia, porque la verdad tiene una fuerza esplendorosa”.
A la hora de analizar, de qué manera se podría poner fin a todo lo sucede en aquel país, Mons. Olivera decía, “sin duda para que esto concluya, es decir la violencia contra la Iglesia en Nicaragua será fundamental el dialogo y la voluntad de escuchar al otro. Esto que el Santo Padre nos alienta a construir, la cultura del encuentro, pero jamás será la violencia, en una relación, nos puede no gustar lo que piensa el otro, pero jamás se deberá usar la violencia.
De todo esto, me surge pensar, … que triste involución se sucede en la condición humana en Nicaragua. Pero también es cierto que los poderosos, cuando tienen miedo de perder su condición, hacen estás cosas y son muy tristes y lamentables, pero no tenemos que callarnos”.
Sobre esto último, Mons. Santiago pedía, “debemos continuar defendiendo la verdad, no se podrá callar la sangre de tantos, los tiempos de prisión y persecución, todo esto, sobrevendrá un reverdecer de la Iglesia, siempre amando y perdonando. Porque el Maestro que nosotros seguimos dijo, <<perdónalos, porque no saben lo que hacen>>.
Por lo tanto, en nosotros, en todos sus discípulos, jamás debe anidar el odio, aunque nos duela, aunque sea bien difícil, aunque nos entristezca, debemos compartir un grito bien sereno de paz y encuentro. De buscar caminos de diálogo, de buscar la cultura del encuentro, de consolidad el perdón, y decir con valentía lo que se deba”.
Finalizando, Obispo compartía, “debemos comprender que la fidelidad a Jesús no pocas veces nos trae inconvenientes, porque muchas veces el ser cristiano molesta, en la actualidad, en la sociedad, en el mundo, se vive en una cultura que avanza como si Dios no existiera, o como si no tuviera la presencia como en otros tiempos. Entonces la sociedad se vuelve más inhumana cuando se comparta así, tenemos que ser hombres y mujeres de esperanza, porque estos serán tiempos fecundos, pese a ser tiempos duros los vividos por la persecución”.
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