Papa Francisco | Jesús mismo es el camino que hay que seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia

7 mayo, 2023

Papa Francisco | Jesús mismo es el camino que hay que seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia, así lo señaló el Santo Padre al momento de compartir su mensaje antes de recitar la oración de Regina Coeli. Minutos antes del mediodía de hoy, Su Santidad Francisco se ha presentado en la ventana de Palacio Apostólico Vaticano, donde se encontró con los fieles y peregrinos reunidos en Plaza San Pedro.

El Papa entonces decía, “el Evangelio de la liturgia de hoy (Jn 14,1-12) está tomado del último discurso de Jesús antes de su muerte. El corazón de los discípulos está turbado, pero el Señor les dirige palabras tranquilizadoras, invitándoles a no temer, (…)”. Agregando, continuó diciendo, “(…) el Señor nos muestra hoy a todos el maravilloso lugar a donde ir y, al mismo tiempo, nos dice cómo ir allí, nos muestra el camino. Nos dice adónde ir y cómo ir”.

Seguidamente, compartía, “en primer lugar, adónde ir. Jesús ve la angustia de los discípulos, ve su miedo a ser abandonados, como nos ocurre a nosotros cuando nos vemos obligados a separarnos de alguien a quien queremos. Por eso dice: «Voy a prepararos un lugar […] para que donde yo esté estéis también vosotros» (vv. 2-3). Jesús utiliza la imagen familiar del hogar, (…)”.

Profundizando, el Santo Padre añadía, “(…) en la casa del Padre», dice a sus amigos y a cada uno de nosotros, «hay sitio para vosotros, sois bienvenidos, seréis acogidos para siempre con el calor de un abrazo, ¡y yo estoy en el cielo preparando un lugar para vosotros! Estoy preparando ese abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad”.

En otro tramo, señalaba, además, “Jesús no se separó de nosotros, sino que nos abrió el camino, anticipando nuestro destino final: el encuentro con Dios Padre, en cuyo corazón hay un lugar para cada uno de nosotros. No perdamos de vista la meta, aunque hoy corramos el riesgo de olvidarla, de olvidar las preguntas últimas, las importantes: ¿hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir? Sin estas preguntas, sólo exprimimos la vida en el presente, pensamos que tenemos que disfrutarla al máximo, y acabamos viviendo al día, sin un propósito, sin una meta”.

Casi en el final de su mensaje el Pontífice, expresaba, “nuestra patria, sin embargo, está en el cielo (cf. Flp 3,20), ¡no olvidemos la grandeza y la belleza de la meta! Una vez descubierta la meta, también nosotros, como el apóstol Tomás en el Evangelio de hoy, nos preguntamos: ¿cómo ir hasta allí, cuál es el camino? Escuchemos la respuesta de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). «Yo soy el camino». Jesús mismo es el camino que hay que seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un «paquete de ideas» que hay que creer, sino un camino que hay que recorrer, un viaje que hay que hacer, un caminar con Él”.

A continuación, compartimos en forma completa el mensaje de Su Santidad Francisco:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de la liturgia de hoy (Jn 14,1-12) está tomado del último discurso de Jesús antes de su muerte. El corazón de los discípulos está turbado, pero el Señor les dirige palabras tranquilizadoras, invitándoles a no temer, a no tener miedo: no los abandona, sino que va a prepararles un lugar y a guiarlos hacia ese destino. De este modo, el Señor nos muestra hoy a todos el maravilloso lugar a donde ir y, al mismo tiempo, nos dice cómo ir allí, nos muestra el camino. Nos dice adónde ir y cómo ir.

En primer lugar, adónde ir. Jesús ve la angustia de los discípulos, ve su miedo a ser abandonados, como nos ocurre a nosotros cuando nos vemos obligados a separarnos de alguien a quien queremos. Por eso dice: «Voy a prepararos un lugar […] para que donde yo esté estéis también vosotros» (vv. 2-3). Jesús utiliza la imagen familiar del hogar, el lugar de las relaciones y la intimidad. En la casa del Padre», dice a sus amigos y a cada uno de nosotros, «hay sitio para vosotros, sois bienvenidos, seréis acogidos para siempre con el calor de un abrazo, ¡y yo estoy en el cielo preparando un lugar para vosotros! Estoy preparando ese abrazo con el Padre, el lugar para toda la eternidad.

Hermanos y hermanas, esta Palabra es fuente de consuelo, es fuente de esperanza para nosotros. Jesús no se separó de nosotros, sino que nos abrió el camino, anticipando nuestro destino final: el encuentro con Dios Padre, en cuyo corazón hay un lugar para cada uno de nosotros. Por eso, cuando experimentemos fatiga, desconcierto e incluso fracaso, recordemos hacia dónde se dirige nuestra vida. No perdamos de vista la meta, aunque hoy corramos el riesgo de olvidarla, de olvidar las preguntas últimas, las importantes: ¿hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde caminamos? ¿Por qué vale la pena vivir? Sin estas preguntas, sólo exprimimos la vida en el presente, pensamos que tenemos que disfrutarla al máximo, y acabamos viviendo al día, sin un propósito, sin una meta. Nuestra patria, sin embargo, está en el cielo (cf. Flp 3,20), ¡no olvidemos la grandeza y la belleza de la meta!

Una vez descubierta la meta, también nosotros, como el apóstol Tomás en el Evangelio de hoy, nos preguntamos: ¿cómo ir hasta allí, cuál es el camino? A veces, sobre todo cuando hay grandes problemas que afrontar y se tiene la sensación de que el mal es más fuerte, nos preguntamos: ¿qué debo hacer, por dónde debo ir? Escuchemos la respuesta de Jesús: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). «Yo soy el camino». Jesús mismo es el camino que hay que seguir para vivir en la verdad y tener vida en abundancia. Él es el camino y, por tanto, la fe en Él no es un «paquete de ideas» que hay que creer, sino un camino que hay que recorrer, un viaje que hay que hacer, un caminar con Él. Es seguir a Jesús, porque Él es el camino que conduce a la felicidad inmarcesible. Sigue a Jesús e imítalo, sobre todo con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás. Esta es la brújula para llegar al Cielo: amar a Jesús, el camino, convirtiéndonos en signos de su amor en la tierra.

Hermanos y hermanas, vivamos el presente, apoderémonos del presente, pero no nos agobiemos: levantemos la mirada, miremos al Cielo, recordemos la meta, pensemos que estamos llamados a la eternidad, al encuentro con Dios. Y, del Cielo al corazón, renovemos hoy la elección de Jesús, la elección de amarlo y de caminar detrás de Él. Que la Virgen María, que siguiendo a Jesús ha llegado ya a la meta, sostenga nuestra esperanza.

_______________________

Después del Regina Coeli

Queridos hermanos y hermanas

Ayer se celebraron dos beatificaciones. En Montevideo (Uruguay) fue beatificado el obispo Jacinto Vera, que vivió en el siglo XIX. Pastor solícito de su pueblo, dio testimonio del Evangelio con generoso celo misionero, favoreciendo la reconciliación social en el tenso clima de la guerra civil. En Granada, España, fue beatificada la joven María de la Concepción Barrecheguren y García. Postrada en cama por una grave enfermedad, sobrellevó sus sufrimientos con gran fortaleza espiritual, suscitando admiración y consuelo en todos. Murió en 1927, a la edad de 22 años. ¡Aplaudamos a las dos Beatas!

Saludo cordialmente a todos vosotros, romanos y peregrinos de Italia y de muchos países, especialmente a los fieles de Australia, España, Inglaterra y a los estudiantes del Colegio Santo Tomás de Lisboa.

Saludo a la Asociación Meter y a su fundador don Fortunato Di Noto, que llevan adelante el compromiso de prevenir y combatir la violencia contra los menores; hoy celebran la XXVII Jornada de los Niños Víctimas; desde hace 30 años defienden a la infancia de los abusos y la violencia. Estoy cerca de vosotros, hermanos y hermanas, y os acompaño con mi oración y mi afecto. No os canséis nunca de estar al lado de la víctima, ahí está el Niño Jesús esperándoos, ¡gracias!

Saludo al grupo de enfermos de fibromialgia del Área Médica del Vicariato de Roma; a las Hermanas de San José Benito Cottolengo; a la Asociación Laicos de la Misericordia; a la Familia Camiliana Laica; a los fieles de Pozzuoli, Caraglio y Valle Grana; a los Coros de Empoli y Ponte Buggianese.

Un saludo especial a los nuevos Guardias Suizos, a sus familiares y amigos, y a las autoridades suizas que participaron en las celebraciones de este benemérito Cuerpo. Salud a los Guardias.

Mañana se elevará en Pompeya la tradicional Súplica a Nuestra Señora del Rosario, en aquel Santuario que el Beato Bartolo Longo quiso dedicar a la paz. En este mes de mayo recemos el Rosario, pidiendo a la Santísima Virgen el don de la paz, especialmente para la atormentada Ucrania. Que los gobernantes de las naciones escuchen el deseo de los pueblos que sufren y quieren la paz.

Deseo a todos un buen domingo. Por favor, no olvidéis rezar por mí. Disfruten de la comida y ¡adiós!

Abre el seminario diocesano castrense

Necesitamos tu ayuda para el sostenimiento de los seminaristas

Noticias relacionadas

PAPA FRANCISCO | Tenemos que hablar de nuestro encuentro con Jesús

PAPA FRANCISCO | Tenemos que hablar de nuestro encuentro con Jesús

PAPA FRANCISCO | Tenemos que hablar de nuestro encuentro con Jesús, así lo pedía el Santo Padre al compartir su mensaje antes de recitar la oración Regina Caeli. Antes del mediodía (hora local) Su Santidad Francisco se presentaba en la ventana del Estudio Apostólico...

0 comentarios

Pin It on Pinterest

¡Compartí esta noticia!

¡Enviásela a tus amig@s!