Papa Francisco | La llamada es para un servicio y Dios elige a uno para amar a todos, para llegar a todos

22 noviembre, 2023

Papa Francisco | La llamada es para un servicio y Dios elige a uno para amar a todos, para llegar a todos, así lo expresó el Santo Padre en su mensaje compartido durante la audiencia general del día miércoles. Celebrada en Plaza San Pedro, Su Santidad Francisco continuando con el ciclo de catequesis: “La pasión por la evangelización: El celo apostólico del creyente”, centró su mensaje sobre el tema: “El anuncio es para todos” (Lectura: Mt28,18-20)

Al respecto, nos decía, “después de haber visto, la última vez, que el anuncio cristiano es alegría, detengámonos hoy en un segundo aspecto: es para todos, el anuncio cristiano es alegría para todos. Cuando nos encontramos verdaderamente con el Señor Jesús, la maravilla de este encuentro impregna nuestra vida y pide ser llevada más allá de nosotros”.

Continuando, el Papa agregó, “en la Evangelii gaudium leemos: «Todos tienen derecho a recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte hermoso, ofrece un banquete apetecible”.

En otro tramo de su mensaje, el Pontífice señaló, “los cristianos se reúnen en el patio de la iglesia y no en la sacristía, y recorren «las plazas y las calles de la ciudad» (Lc 14,21). Deben ser abiertos y expansivos, los cristianos deben ser «extrovertidos», y este carácter suyo procede de Jesús, que hizo de su presencia en el mundo un viaje continuo, destinado a llegar a todos, aprendiendo incluso de algunos de sus encuentros”.

Completando, el Santo Padre compartió, “la Biblia nos muestra que cuando Dios llama a una persona y hace una alianza con algunos el criterio es siempre este: elige a alguien para llegar a otros, este es el criterio de Dios, la llamada de Dios. Todos los amigos del Señor han experimentado la belleza pero también la responsabilidad y la carga de ser «elegidos» por Él. Y todos han experimentado el desánimo ante sus debilidades o la pérdida de su seguridad. Pero quizá la mayor tentación sea considerar la llamada recibida como un privilegio, por favor no, la llamada no es un privilegio, nunca. No podemos decir que somos privilegiados en comparación con los demás, no. La llamada es para un servicio. Y Dios elige a uno para amar a todos, para llegar a todos”.

A continuación, compartimos en forma completa el mensaje de Su Santidad Francisco:

La catequesis. Pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente. 27. El anuncio es para todos

Queridos hermanos y hermanas

Después de haber visto, la última vez, que el anuncio cristiano es alegría, detengámonos hoy en un segundo aspecto: es para todos, el anuncio cristiano es alegría para todos. Cuando nos encontramos verdaderamente con el Señor Jesús, la maravilla de este encuentro impregna nuestra vida y pide ser llevada más allá de nosotros. Esto desea Él, que su Evangelio sea para todos. En él, en efecto, hay una «fuerza humanizadora», una plenitud de vida destinada a todo hombre y a toda mujer, porque para todos Cristo nació, murió y resucitó. Para todos: nadie excluido.

En la Evangelii gaudium leemos: «Todos tienen derecho a recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte hermoso, ofrece un banquete apetecible. La Iglesia no crece por proselitismo, sino ‘por atracción'» (n. 14). Hermanos, hermanas, pongámonos al servicio del destino universal del Evangelio, es para todos; y distingámonos por la capacidad de salir de nosotros mismos -un anuncio para ser un verdadero anuncio debe salir de nuestro propio egoísmo- y tengamos también la capacidad de ir más allá de todas las fronteras. Los cristianos se reúnen en el patio de la iglesia y no en la sacristía, y recorren «las plazas y las calles de la ciudad» (Lc 14,21). Deben ser abiertos y expansivos, los cristianos deben ser «extrovertidos», y este carácter suyo procede de Jesús, que hizo de su presencia en el mundo un viaje continuo, destinado a llegar a todos, aprendiendo incluso de algunos de sus encuentros.

En este sentido, el Evangelio relata el sorprendente encuentro de Jesús con una mujer extranjera, una cananea que le ruega que cure a su hija enferma (cf. Mt 15,21-28). Jesús se niega, diciendo que sólo ha sido enviado «a las ovejas perdidas de la casa de Israel» y que «no es bueno tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos» (vv. 24.26). Pero la mujer, con la insistencia propia de la gente sencilla, replica que incluso «los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos» (v. 27). Jesús, impresionado, le dice: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que te suceda como deseas» (v. 28). El encuentro con esta mujer tiene algo único. No sólo alguien hace cambiar de opinión a Jesús, y es una mujer, extranjera y pagana; sino que el propio Señor encuentra la confirmación de que su predicación no debe limitarse al pueblo al que pertenece, sino abrirse a todos.

La Biblia nos muestra que cuando Dios llama a una persona y hace una alianza con algunos el criterio es siempre este: elige a alguien para llegar a otros, este es el criterio de Dios, la llamada de Dios. Todos los amigos del Señor han experimentado la belleza pero también la responsabilidad y la carga de ser «elegidos» por Él. Y todos han experimentado el desánimo ante sus debilidades o la pérdida de su seguridad. Pero quizá la mayor tentación sea considerar la llamada recibida como un privilegio, por favor no, la llamada no es un privilegio, nunca. No podemos decir que somos privilegiados en comparación con los demás, no. La llamada es para un servicio. Y Dios elige a uno para amar a todos, para llegar a todos.

También para evitar la tentación de identificar el cristianismo con una cultura, con una etnia, con un sistema. Pero así pierde su carácter verdaderamente católico, es decir, para todos, universal: no es un pequeño grupo de elegidos de primera clase. No lo olvidemos: Dios elige a unos para amar a todos. Este horizonte de universalidad. El Evangelio no es sólo para mí, es para todos, no lo olvidemos. Gracias.

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Saludos

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. El próximo domingo celebraremos la solemnidad de Jesucristo Rey del universo. Pidamos a Jesús que reine en nuestras vidas y conceda a nuestros jóvenes ser testigos generosos de la alegría del Evangelio que Dios nos ha dado como don. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

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