Papa Francisco | La misericordia divina viene del Corazón de Cristo, del Cristo resucitado, así lo manifestó el Santo Padre al termino de la celebración de Santa Misa en el segundo domingo de Pascua, en la fiesta de la Divina Misericordia, celebrada en la Iglesia Santo Spirito en Sassia, Roma. Su Santidad Francisco, desde allí, antes de la recitación de la oración de Regina Caeli, nos brindó un especial mensaje.

A continuación, compartimos la interpretación del italiano al castellano del mensaje brindado por Su Santidad Francisco:

Queridos hermanos y hermanas:

En este Segundo Domingo de Pascua, fue importante celebrar la Eucaristía aquí, en la iglesia de Santo Spirito en Sassia, que San Juan Pablo II quería como Santuario de la Divina Misericordia. La respuesta de los cristianos en las tormentas de la vida y la historia solo puede ser la misericordia: amor compasivo entre nosotros y hacia todos, especialmente hacia aquellos que sufren, los que más luchan, los más abandonados … No pietismo, no bienestar, sino compasión, que viene del corazón. Y la misericordia divina viene del Corazón de Cristo, del Cristo resucitado. Brota de la herida siempre abierta de su costado, abierta para nosotros, que siempre necesitamos perdón y consuelo. La misericordia cristiana también inspira el intercambio correcto entre las naciones y sus instituciones, para enfrentar la crisis actual en solidaridad.

Extiendo mis saludos a los hermanos y hermanas de las Iglesias orientales que hoy celebran la Pascua. Juntos anunciamos: «¡El Señor ha resucitado de verdad!» (Lc 24,34). ¡Especialmente en este tiempo de prueba, sentimos que un gran regalo es la esperanza que viene de resucitar con Cristo! En particular, me regocijo con las comunidades católicas orientales que, por razones ecuménicas, celebran la Pascua junto con los ortodoxos: esta fraternidad es reconfortante donde los cristianos son una pequeña minoría.

 

Con alegría de Pascua pasamos ahora a la Virgen María, Madre de la Misericordia.