ROMA | Hoy los argentinos necesitamos que santa María Antonia de San José nos ayude a retomar el camino del encuentro fraterno y solidario, así lo expresó el Arzobispo Emérito de Buenos Aires, Cardenal, Mario Aurelio Poli al compartir la Homilía durante la Santa Misa de acción de Gracias por la Canonización de Mama Antula. Celebración presidida por el Cardenal Poli en la Iglesia Argentina en la ciudad de Roma, concelebraron, el Obispo Castrense de Argentina y Delegado Episcopal para las Causas de los Santos, Mons. Santiago Olivera, el Arzobispo de Buenos Aires, Mons. García Cuerva, Obispos y Sacerdotes argentinos presentes.

Participaron, representantes de la Embajada Argentina, Agregado Militar, Coronel Salas, el jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Jorge Macri. También, senadores italianos representando al exterior, Diputados, el secretario de Culto Francisco Sánchez y fieles y peregrinos argentinos.

En la Homilía, el Cardenal Mario Poli decía, “estoy feliz de sumarme a la alegría de todos los que celebran la santidad de nuestra querida Mama Antula, que por la sabia decisión de la Iglesia ya forma parte de esa enorme multitud de amigos nuestros en el cielo. En todos los tiempos la Iglesia existió para evangelizar, para ser canal del don de la gracia y reconciliar a los pecadores con Dios”.

Continuando, señaló, “hay muchos modos de poner por obra ese mandato apostólico. Nuestra Mama Antula lo asumió con el estilo misionero de una incansable peregrina de los Ejercicios Espirituales.

En cierto modo nuestra santa peregrina tuvo algo de María y de Marta. Como discípula, desde muy joven declaró su voluntad de seguir a Jesús, sin otro sostén que el de pertenecer a un beaterio de mujeres unidas en el ideal de perfección que les ofrecía la espiritualidad ignaciana”.

En otro tramo, el Cardenal, nos decía también, “Mama Antula supo reservarse los esperados momentos en que se entregaba a un continuo trato interior con Dios. La oración de acción de gracias, de intercesión y de alabanza dominaban ese tiempo exclusivo y excluyente de su vida cotidiana”.

Concluyendo, el Arzobispo Emérito de Buenos Aires subrayó, “lo que hoy nos sorprende y edifica es su incondicional confianza en los cuidados amorosos de la providencia, nuestra santa santiagueña no ponía límites a su misión peregrina. Hoy los argentinos necesitamos que santa María Antonia de San José nos ayude a retomar el camino del encuentro fraterno y solidario”. –