SANTA SEDE | Su Santidad Francisco autorizó al Dicasterio para las Causas de los Santos a promulgar el Decreto para nombrar al Venerable Siervo de Dios Pironio Beato, así lo señala el informe del Boletín oficial del Dicasterio, fechado el 8 de noviembre del presente año. En el mismo se puede leer, que, en audiencia privada mantenida entre el Santo Padre Francisco y el Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro, el Sumo Pontífice autorizó a promulgar el decreto del milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios, Cardenal Eduardo Pironio.

El Venerable Siervo de Dios, Pironio había nacido el 3 de diciembre de 1920 en la ciudad de 9 de julio, provincia de Buenos Aires, fue ordenado sacerdote el 5 de diciembre de 1943. En 1946 fue nombrado Obispo Auxiliar de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires y en 1972 Obispo de la ciudad atlántica de Mar del Plata.

También podemos señalar que, en su misión pastoral, fue Secretario General y más tarde Presidente de la Conferencia Episcopal Latino americana. Más tarde, el Santo Padre, Pablo VI lo convocó a Roma y en 1984 fue creado Cardenal por San Juan Pablo II nombrándolo en 1984 Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, trabajando comprometidamente a la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud.

El 5 de febrero de 1998, fallecía en Roma, sus restos mortales descansan en el Santuario y Basílica de Luján, en la provincia de Buenos Aires. Entre sus tantos documentos compartidos por el Cardenal Pironio a lo largo de todo su ministerio y su anuncio recordamos, algunos sobre la virtud teologal de la Esperanza: “Una Iglesia pascual es esencialmente una Iglesia de la esperanza; es decir, una Iglesia en camino, que va marchando hacia el encuentro definitivo con el Señor, mientras anuncia gozosamente a los hombres que Jesús ya vino, murió y resucitó por nosotros, vive y va peregrinando con nosotros hacia el Padre (…).

Es una Iglesia esencialmente abierta a la segunda venida del Señor. Una Iglesia que se apoya en la resurrección de Jesús y en la potencia del Espíritu. Una Iglesia en esperanza es una Iglesia comprometida, desde la fe y la caridad, en el servicio integral del hombre y de los pueblos”. (En los escritos espirituales del Card. Pironio, editorial BAC se menciona más de 170 veces esta virtud teologal).

Nuestro Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera quien es también el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos y Obispo y se encuentra participando de la 123° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) compartió el gozo de esta nueva noticia, “el Cardenal Pironio, es un pastor de nuestra Argentina, estuvo en la Diócesis de Mar del Plata, sirvió a la Iglesia en la Curia, un hombre de Dios, un hombre Mariano, un hombre que sin duda vivió la espiritualidad Pascual, la Cruz y la esperanza. Sabiendo que, ni el dolor, ni la muerte son la última palabra, un hombre que nos ayudó a meditar los tiempos difíciles, un hombre comprometido con la historia, pero de corazón tierno, de gestos, de cercanía, de inclusión.

Sin duda el Venerable Siervo de Dios Pironio fue un hombre que vivió la cultura del encuentro, un apasionado por el Evangelio, podríamos decir un hombre que fue casi milagro viviente. Lo señalo por su nacimiento, por la historia que el mismo nos ha narrado de ser el hijo número 22 de una madre que no podía tener hijos pero que confío en la intercesión de la Santísima Virgen de Luján.

Sus restos están allí, en el Santuario y Basílica de Luján, recordándonos esta certeza y esta confianza de escuchar lo que María pide, pero también de saber que Ella es nuestra Madre, que nos cuida y nos conforta. Para la Iglesia Argentina, para nuestra Nación Argentina es sin duda un día muy de Gracia, esperamos ya con ardiente deseo el día de su Beatificación un Pastor de nuestra tierra, un Obispo, un Cardenal Argentino un acontecimiento histórico pero sin duda un bálsamo para tanto dolor en nuestra Patria. El Cardenal Pironio, nos recuerda los valores del Evangelio que son no solo posibles, sino que son un llamado concreto a vivir la Palabra, el Evangelio de Jesús en la vida y puede sanarnos tantas heridas”.

En el mismo documento difundido por el Dicasterio para las Causas de los Santos también se informaba de la promulgación de los decretos relativos a los milagros del del Venerable Siervo de Dios Eduardo Francisco Pironio, del Siervo de Dios Giuseppe Marrazzo; de la Sierva de Dios Eliswa de la Bienaventurada Virgen María; y de la Sierva de Dios Maria Francesca Foresti.

A continuación, compartimos en forma completa la interpretación del documento oficial:

Promulgación de los Decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos, 08.11.2023

Durante la Audiencia concedida a Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Sumo Pontífice autorizó al mismo Dicasterio a promulgar Decretos relativos a

– el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Eduardo Francisco Pironio, Cardenal de la Santa Iglesia Romana; nacido en Nueve de Julio (Argentina) el 3 de diciembre de 1920 y fallecido en Roma (Italia) el 5 de febrero de 1998;

– las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giuseppe Marrazzo, sacerdote profeso de la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús; nacido el 5 de mayo de 1917 en San Vito dei Normanni (Italia) y fallecido el 30 de noviembre de 1992 en Messina (Italia)

– las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Eliswa de la Bienaventurada Virgen María (siglo: Eliswa Vakayil), Fundadora de la Congregación de la Tercera Orden de las Carmelitas Descalzas, actualmente Carmelitas Teresianas; nacida el 15 de octubre de 1831 en Ochanthuruth (India) y fallecida el 18 de julio de 1913 en Varapuzha (India)

– las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Maria Francesca Foresti (nacida: Eleonora), Fundadora de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Adoración; nacida el 17 de febrero de 1898 en Bolonia (Italia) y fallecida el 12 de noviembre de 1953 en Ozzano Emilia (Italia).