Triduo de Oración- Preparación a la Ordenación Diaconal de Luis Villafañe
QUERIDA COMUNIDAD DIOCESANA:
Con mucho gozo nos disponemos a celebrar la ordenación diaconal de nuestro seminarista Luis Villafañe. Al recibir – por la Imposición de las Manos y Oración Consecratoria de nuestro obispo Santiago Olivera- será diacono para ejercer su ministerio en nuestro Obispado Castrense. Nuestro obispado, como diócesis, peregrina en todo nuestro país y más allá de sus fronteras. Aprovechamos este feliz acontecimiento para recordar algunas cosas que ilustran a nuestra diócesis y el desempeño ministerial de los sacerdotes. Luego de esa presentación, compartiremos el Triduo de oración.
¿POR QUÉ UNA DIÓCESIS CÓMO LA NUESTRA?
“La asistencia espiritual de los militares es algo que la Iglesia ha querido cuidar siempre con extraordinaria solicitud según las diversas circunstancias. Ciertamente éste constituye un determinado grupo social y “por las condiciones peculiares de su vida”, bien porque formen parte de las Fuerzas Armadas de forma voluntaria y estable, bien porque sean llamados a ellas por ley para un tiempo determinado, necesitan una concreta y específica forma de asistencia espiritual; por esta necesidad, a lo largo de los tiempos, ha velado la sagrada jerarquía, y en particular los Romanos Pontífices, dada su función de servicio o “diaconía”, proveyendo del mejor modo en cada uno de los casos, con la jurisdicción más apropiada a las personas y a las circunstancias. Por ello se fueron creando en todas partes estructuras eclesiásticas para cada una de las naciones, presididas por un prelado dotado de las necesarias facultades”[1]
De este modo vemos la necesidad de socorrer las necesidades espirituales de los hijos de la Iglesia, que se saben con vocación de servicio en favor de la Patria como “centinelas de la paz”. Esto da razón de ser a la misión y presencia de nuestra diócesis. La peculiar la forma de vida de sus fieles, amerita una diócesis que tenga notas distintivas.
CARACTERÍSTICAS DE LA DIÓCESIS
- Es una diócesis personal, lo que la distingue de una diócesis territorial, es decir que, son las personas las que “hacen a la diócesis”. Nuestro obispo suele decir “la diócesis es el corazón de cada miembro de las Fuerzas, de sus familias y demás que viven en dependencia a él”.
- Cuenta con el pastoreo de un obispo- como todas las demás diócesis- que tiene la misión de garantizar esa atención a los fieles como así también el cuidado de cada sacerdote capellán. Actualmente nuestro obispo es Mons. Santiago Olivera.
- Los sacerdotes que pertenecen al obispado son:
>< Incardinados:
>< Agregados: Sacerdotes que, perteneciendo a una diócesis territorial o Religiosos, están prestando servicio en el obispado castrense a tiempo completo.
>< Auxiliares: Sacerdotes que, perteneciendo a otra diócesis o Comunidad Religiosa, colabora con el obispado castrense, a la vez que tiene un servicio pastoral en su respectiva diócesis o Comunidad Religiosa.
Cada sacerdote es “sacerdotes de la diócesis en determinada Fuerza”, así decimos que el Padre NN es sacerdote castrense en el Ejercito, en la Armada, en la Fuerza Aérea, en la Prefectura, en la Gendarmería, en la P.S.A. Si bien están muy vinculados a cada Fuerza y lo hacen con entrega y dedicación, no son pertenencia de esa Fuerza ya que eso les impediría un rasgo distintivo de todo sacerdote diocesano: “ser de toda la diócesis” y eso posibilita que el obispo- a quien le prometió respeto y obediencia- cuente siempre con él para enviarlo a donde sea más necesario sin distinción de la Fuerza en la cual se encuentre[2].
- Como toda diócesis, también contamos con nuestra Iglesia Catedral, la misma se encuentra en la Ciudad de Buenos Aires, (Comodoro Py 1925- Retiro). Se encuentra lindante al predio de la Armada Argentina, perteneciendo a Presidencia de la Nación. Está bajo el patrocinio de “Ntra. Sra. Stella Maris”. La Iglesia Catedral es la iglesia propia de cada obispo. Teológicamente hablando es la “Iglesia madre de cada diócesis”[3].
- Tenemos nuestro propio Seminario para formar a los futuros pastores. Luis, realizó gran parte de su Formación Inicial[4] en el Seminario Arquidiocesano de la diócesis de Mercedes “Santo Cura de Ars”, lugar al iban nuestros seminaristas, hasta que- hace tres años- nuestro obispo, atento al sentir de los sacerdotes y la necesidad de una formación que incluya, también, un “talante” castrense, erigió el Curso Introductorio “Santo Cura Brochero”- Patrono del Clero Argentino, y el Seminario Mayor “San Juan de Capistrano”- Patrono del Clero Castrense. El mismo estará ubicado en Combate de los Pozos 2073 en la Ciudad de Buenos Aires[5].
VALOR DE LA ORACIÓN
Luis recibirá un Ministerio para el servicio, servicio en favor de nuestra Iglesia Castrense, ser diácono implica la disponibilidad total- de ahí que se consagra para eso- de toda su vida y corazón para el Señor Jesús que lo llamó.
Este Paso de Dios en su vida y su generosa respuesta, nos inspira una renovada plegaria de gratitud y también una plegaria de intercesión por Luis, para que siempre experimente nuestra cercanía con la oración y se sienta animado, sostenido y fortalecido por ella.
Queremos rezar, seguir rezando ahora y siempre por él, por todos los sacerdotes y por nuestros seminaristas, por cada sacerdote, por cada seminarista; como rezamos por nuestro obispo también y por los jóvenes que son llamados a ser sacerdotes.
Triduo de Oración
Objetivo del subsidio
Este subsidio es un medio para orar, lo que implica que puedo aprovechar lo que mejor se adecue a la realidad en la que estoy, modificándolo, para hacer más accesible (sumándole algunos elementos, quitándoles otros, etc.) Es un medio, tomando una idea de san Ignacio “en tanto y cuanto me ayude” -en este caso para la oración personal y/o comunitaria- a rezar más y mejor.
¿Cómo ambientar el lugar?
- Armar un pequeño altar:
- Colocar una estola (signo diaconal/sacerdotal)
- La Palabra de Dios.
- Imagen de la Virgen María (puede ser la de Luján- Patrona de nuestro obispado-)
- Unos cirios para encender
- Los emblemas de cada una de las seis Fuerzas que conforman nuestro obispado Castrense, como así también el escudo de nuestro obispo Santiago.
- Se puede sumar alguna imagen de San Juan de Capistrano- Patrono del Clero Castrense- y de San José G Brochero- Patrono del Clero Argentino-.
Agradecemos, desde ya, el sumarse a este pedido de oración y rezar juntos como Familia Diocesana.
Equipo Vocacional del Obispado Castrense
Triduo de Oración
Preparación a la Ordenación Diaconal de Luis Villafañe
1 DÍA: Remar mar adentro
Como Comunidad nos reunimos para alabar a Dios, para bendecirle y darle gracias por todos los beneficios que diariamente nos concede. En este día nuestra gratitud pasa por la próxima ordenación diaconal de nuestro querido seminarista Luis.
Es un sentir común qué, nuestra Iglesia, necesita jóvenes dispuestos, que quieran seguir a Cristo más de cerca, que quieran, como dice el lema de esta celebración, introducirse en el mar y remar mar adentro. Jóvenes valientes que quieran dejarlo todo y responder a la llamada de Jesús. Porqué como nos ha dicho el Papa Francisco: “…abrazar esta promesa requiere el valor de arriesgarse a decidir. Los primeros discípulos, sintiéndose llamados por él a participar en un sueño más grande, «inmediatamente dejaron sus redes y lo siguieron» (Mc 1, 18)”.
La vocación es un don de Dios. Nosotros no somos los autores de las posibles vocaciones. Es Dios quien llama. Nuestra tarea debe ser orar para que haya jóvenes que digan sí y, también, pedir la gracia de ser testigos alegres: “Discípulos misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida”.
La gratitud y la petición brotan de nuestro corazón en este primer día del Triduo de oración. Alegres y confiados nos unimos como hermanos, como familia del obispado castrense.
Himno o Canto (“Pescador de hombres”)
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.
Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.
Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres que tú,
Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño.
Amén.
Salmo del día: ¡Santo eres, Señor, Dios nuestro!
Lectura del Evangelio: San Lucas 5, 1-11- Hacemos un momento de silencio
Reflexión para ayudar a la oración – Nos compartía nuestro obispo:
“El Señor sigue llamando, sigue tocando los corazones, sigue invitando; siempre, siempre Dios llama. Podrá haber tiempos más difíciles, pero nunca el Señor deja de llamar; por eso rezamos por las vocaciones; no para que Jesús llame con más fuerza o se acuerde, sino para que los jóvenes de este tiempo acallen otras voces y valientemente escuchen la voz del Señor que los invita a seguirlo y le digan: “aquí estoy, envíame” e inmediatamente dejen todo para seguir sus pasos[6] ”.
En este momento de silencio, pedimos por los jóvenes que son llamados a seguir así a Jesús, por nuestros seminaristas que están en camino, por los que están discerniendo la vocación y para que, cada joven, se pregunte con disponibilidad: “¿Quieres que yo sea sacerdote? Hágase tu voluntad, cuenta conmigo”.
(Hacemos un momento de silencio)
-Con esta intención e iluminados por la Palabra de Dios, rezamos (al estilo del Rosario) un misterio contemplando: “Jesús llama a sus discípulos a dejarlo todo y seguirlo”. Rezamos Padrenuestro, 10 Ave Marías y 1 Gloria (al finalizar el Gloria rezamos: “Manda Padre muchos y santos obreros tu mies, conserva y santifica a los que están – estamos-”)
Preces: Llenos de alegría y gozo por sentirnos llamados a la gran misión de anunciar la Buena Nueva a todos los hombres, dirijamos al Padre nuestra oración confiada:
“Te rogamos, óyenos”
- Por la Iglesia de Dios, el Papa Francisco y nuestro obispo Santiago para que el Espíritu anime su misión, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
- Por los sacerdotes y seminaristas (Luis, Agustín, Tomás, Agustín y Aarón) para que encuentren siempre tiempo dedicado a la oración, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
- Por nuestros jóvenes, para que busquen en la oración la fuerza y el camino de la verdad, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos.
- Por Luis, para que en la oración busque y fortalezca su espíritu de servicio y entrega a los demás, roguemos al Señor.
Jesús, que con tu ejemplo nos enseñaste a unir nuestra vida a la voluntad del Padre, para salvación del mundo: haz que seamos, por nuestra oración, testigos de la fe y signo de esperanza para nuestros hermanos. Tú, que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.
Padrenuestro: Elevemos al Padre eterno, sustento de toda vocación, la oración que su hijo, Jesucristo, nos enseñó: Padre nuestro…
Oración S. Carlos de Foucauld
Padre, Me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras;
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí
y en todas sus criaturas,
no deseo nada más, Padre.
Te confío mi alma, te la doy
con todo el amor de que soy capaz,
porque te amo y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque tú eres mi Padre. Amén
Canto a María- (silencio ante el Santísimo)
+En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
ORACIÓN DIOCESANA
Bajo tu amparo, Madre Virgen de Luján,
hemos puesto el cuidado de nuestra
querida diócesis
que peregrina en todo nuestro país y más
allá de sus fronteras.
Te damos gracias porque tú eres Madre,
que dispensas tus muchas bondades y
mercedes
a nuestro querido Ejército, nacido junto a
nuestra Patria.
Eres Madre, esa estrella de los mares
que guía a la valiente muchachada de la
Armada
y anima el denuedo y la fe de los
Prefectos navales.
Eres Madre, y te elevas y acompañas,
lauretana,
a nuestros aviadores soldados,
para asegurarles rutas de paz y amor.
Eres Madre, Virgen de Luján, y te
preocupas de cuidar,
para que cada gendarme sea una persona
de bien.
Eres Madre, la que vela por un buen viaje
y custodia
a los que cuidan la seguridad de nuestros
aeropuertos
y de nuestro pueblo.
Porque eres Madre, Madre de todos,
testamento más preciado que nos dejó tu
Hijo Jesús en la cruz.
Madre y Virgen de Luján, te pedimos
también:
por nuestro Obispo Santiago,
por los sacerdotes capellanes y los
diáconos,
por las consagradas y religiosas,
por los seminaristas,
por las familias que acompañan la misión
y esperan el regreso de los que están en
tierra, aire y mar,
por los enfermos y por los privados de su
libertad,
por los que han servido a nuestra Patria
y ya gozan de un merecido descanso.
Y, a los que ya han transitado su
peregrinar,
recíbelos en el mejor Puerto para arribar:
tu casa del Cielo, donde un día también
nosotros esperamos llegar.
Por tu Hijo Jesús, Nuestro Señor. Amén
[1] CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA “SPIRITUALI MILITUM CURAE”
[2] La dimensión itinerante tiene su razón de ser debido a la extensión geográfica que abarca la diócesis castrense, lo cual implica una radical disponibilidad y prontitud para ir hacia a donde el Pueblo de Dios que se le confiará, requiera de su presencia sacerdotal; ahí donde esa “extensión” del ministerio episcopal lo envíe. Por esta razón el obispo en la homilía nos prevenía, y aconsejaba evitar toda “instalación”, porque un “corazón instalado” imposibilita esa disponibilidad generosa u ofrecimiento espontáneo para cubrir la necesidad que presenta la diócesis en tal o cual lugar. (Cfr. “Sacerdotes diocesanos para una diócesis peculiar. Haciendo camino…” Pastoral Vocacional Obispado Castrense de Argentina. Ed. PPC. Pág 15).
[3] Nuestra Iglesia cuenta con reliquias de San de Capistrano y el San José Gabriel del Rosario Brochero, que fueran entronizadas el 18 de septiembre de 2019, por nuestro obispo Mons. Santiago Olivera. Tiene también, una pequeña capilla donde está a la Imagen de Ntra. Sra. de Luján que estuvo en la Guerra de Malvinas. (será su “lugar de regreso” luego de cada “salida” misionera que haga, visitando distintos lugares de nuestro país).
[4] Se llama así al periodo en el Seminario que consta de 7 u 8 años. Luego de egreso del seminario, viene la ordenación sacerdotal y, todo sacerdote, tiene una Formación Permanente- por eso se llama a aquella “Formación Inicial”.
[5] Les compartimos también, que para el sostenimiento espiritual y material de nuestro seminario, realizamos un grupo llamado “Amigos del Seminario”, para quienes deseen sumarse para rezar por nuestros seminaristas y, quienes puedan, también realizar una ayuda material.
[6] Homilía en la Misa de la ordenación diaconal de Darío Verón 25 julio 2020
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