Buenos Aires | Dios siempre nos ama, ésta, deber ser la manera en la cual nosotros debemos amar a los hermanos, nosotros debemos saber comprender este modo de amar de Jesús

22 marzo, 2022

Buenos Aires | Dios siempre nos ama, ésta, deber ser la manera en la cual nosotros debemos amar a los hermanos, nosotros debemos saber comprender este modo de amar de Jesús, así lo señaló en la Homilía, Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina. Fue durante la celebración Eucarística, en el inicio del 30° Encuentro anual de Formación para Sacerdotes Castrenses, desarrollado, en la casa de Retiros, El Cenáculo, La Montonera, en la ciudad de Pilar, en la provincia de Buenos Aires.

En el encuentro, participan, Mos. Santiago junto a todo el Clero Castrense, entiéndase, junto a todos los Sacerdotes incardinados, agregados y auxiliares de la Diócesis Castrense de Argentina. Juntos, compartirán del 21 al 25 de marzo, días de reflexión, escucha y dialogo en torno al “Camino Sinodal” que estamos transitando.  

Presidió la Santa Misa, Mons. Olivera, Obispo Castrense de Argentina, concelebraron, todo el clero Castrense. En la Homilía, Mons. Santiago decía, “es una alegría que podamos concelebrar juntos, celebrar el ministerio de la fe”. Continuando, señaló, “me gusta, cada tanto recordar el modo en que Dios nos ama siempre, aún en el tiempo de Cuaresma, nosotros partimos de la experiencia y la Iglesia presente, haciendo memoria de todos los beneficios que Dios hace en nosotros”.

Profundizando, el Obispo, agregó, “la amplitud del amor de Dios es extraordinaria, no hay ni circunstancias, ni vida que tengamos cada uno de nosotros en la cual se destaque el amor de Dios, tal como nos dice Su Santidad Francisco, <<nos primerea>>, nos ama siempre y no, nos excluye, pase lo que pase, Dios siempre nos ama. Ésta, deber ser la manera en la cual nosotros debemos amar a los hermanos, nosotros debemos saber captar, saber comprender este modo de amar de Jesús (…)”.

Avanzando, Mons. Santiago en la Homilía, hacía referencia al modo en que los presentes en la Sinagoga se referían a Jesús, “es interesante la observancia que le hacen a Jesús, es por su condición humana, donde dicen: ¿Quién es éste? Es el hijo de José. ¿Cómo puede hacer lo que está haciendo? Por eso Jesús dice, <<nadie es profeta en su tierra>>.

Podríamos decir, que, a ellos, les costó saber ver más allá, les costó ver en la sencillez. Así como Naamán se enojó, porque quería una curación espectacular, sin embargo, Eliseo le manda a decir con un mensajero, que haga lo más sencillo, lo más humilde para obrar la salvación, así, obra también Jesús”.

Ahondando, subrayó, “lo hace, en esta condición, era un hombre concreto, que nació en un tiempo, de quien se conocía su familia, este hombre era Dios. Este es el misterio de nuestra fe, que es el misterio de la encarnación”.

Sintetizando, en final, el Obispo compartió, “pidamos al Señor que nos ayude a profundizar esa mirada más honda, más aguda que ve nuestro horizonte, en definitiva, la mirada de la fe. Transitando con la certeza de que este Dios que nos ama, de este Dios que nos salva, de este que se hizo Carne, este Dios sigue obrando, salvando a lo largo del tiempo, a través de la historia, a través de la Iglesia, a través de los hermanos. Pidamos esta gracia a Jesús, que no seamos ajenos a lo que vemos acá, sino que lo sabemos descubrir, que lo sabemos presente entre nosotros, sabiendo que, una palabra, un gesto, una actitud del otro, del hermano, pueden ser caminos, propuestas que Jesús ofrece”.-

A continuación, compartimos en forma completa la Homilía de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina:

30° Encuentro del Clero Castrense

Casa de Retiro, El Cenáculo, La Montonera

Homilía de Mons. Santiago Olivera

21 de marzo de 2022

Es una alegría que podamos concelebrar juntos todos los sacerdotes, una verdadera alegría que podamos celebrar el Misterio de la fe.

En el texto del Evangelio que acabamos de leer, me conmueve la simpleza con la que Jesús pasando en el medio de ellos, continuó su camino… Y me gusta cada tanto, recordar el modo en que Dios nos ama siempre. Aún en el tiempo de Cuaresma, nosotros partimos de la experiencia- y la Iglesia nos propone y presenta-, haciendo memoria de todos los beneficios que Dios hace en nosotros. Es decir, la certeza de que un Dios nos ama siempre, nos cambia el modo de situarnos y de vivir la vida; es importante tener claro que Dios nos ama sin lugar a dudas, que Dios nos ama siempre y también nos da mucho consuelo. El modo de amar de Dios, es decir que ama primero, también nos da consuelo, “tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo para salvarnos”. Es decir, la amplitud del amor de Dios es extraordinaria, no hay ni circunstancias, ni vida que tengamos cada uno de nosotros en la cual no se destaque el amor de Dios, tal como nos dice el Papa Francisco, <<nos primerea>>, nos ama siempre y no nos excluye, pase lo que pase, Dios siempre nos ama.

Ésta, deber ser la manera en la cual nosotros debemos amar a los hermanos, nosotros debemos saber captar, saber comprender este modo de amar de Jesús, que llama la atención en la Sinagoga y que lo quieren sacar del medio; querían apartarlo, porque el modo de amar de Dios, es un amor amplio, que no se reduce solo a aquellos que se creían salvados, sino que salva a todos, en este caso a Naamán, a la viuda de Sarepta… diferentes realidades. Y es interesante que la observancia que le hacen a Jesús, justamente es por su condición humana, se preguntan: “¿Quién es éste?”… Es el hijo de José… “¿Cómo puede hacer lo que está haciendo?…  Por eso Jesús dice, <<nadie es profeta en su tierra>>. Les costó saber ver más allá. Podríamos decir, que les costó ver en la sencillez o en la simpleza de la realidad. Así como Naamán se enojó, porque quería una curación espectacular, y Eliseo sólo le mandó a decir con un mensajero, que haga lo más sencillo, lo más humilde para obrar la salvación… Así obra también Jesús. Lo hace, en esta condición de hombre concreto, que nació en un tiempo, de quien se conocía su familia… Este hombre era Dios. Éste es el misterio de nuestra fe, que es el misterio de la encarnación. Y en ese tiempo, sus contemporáneos también estaban enojados y furiosos, porque “¿Cómo puede ser que este hombre a quien conocían, sea también Dios?, que cure, que sane, que perdone, ¿cómo puede ser?” Esto también nos puede pasar a nosotros, porque desde la Encarnación, sabemos que nuestra mediación humana, será siempre una realidad en nuestra vida de la fe.

Pidamos al Señor que nos ayude a profundizar esa mirada más honda, más aguda, que ve nuestro horizonte; en definitiva, la mirada de la fe, transitando con la certeza de que este Dios  nos ama, de que este Dios nos salva, de que se hizo Carne, y de que este Dios sigue obrando, salvando a lo largo del tiempo, a través de la historia, a través de la Iglesia, a través de los hermanos. Que sepamos ver en definitiva la presencia de Dios en el otro, sabiéndonos cada uno de nosotros como sagrarios que lo amamos de verdad.

Pidamos esta gracia a Jesús, que no seamos ajenos a lo que vemos acá, sino que lo sepamos descubrir, que lo sepamos presente entre nosotros, sabiendo que una palabra, un gesto, una actitud del otro, del hermano, pueden ser caminos, propuestas que Jesús ofrece. Que así, sea.

Abre el seminario diocesano castrense

Necesitamos tu ayuda para el sostenimiento de los seminaristas

Noticias relacionadas

Orillando el Encuentro N° 96

Orillando el Encuentro N° 96

Orillando el Encuentro N° 96, ya se encuentra disponible el boletín informativo de la Diócesis Castrense de Argentina, disponible en formato PDF para leer, descargar e imprimir. En esta nueva edición, encontraremos el mensaje de nuestro Obispo, Mons. Santiago...

0 comentarios

Pin It on Pinterest

¡Compartí esta noticia!

¡Enviásela a tus amig@s!