El Beato Pironio fue un misionero con la palabra y con el ejemplo, fue un proclamador del Evangelio con todo su ser

16 diciembre, 2023

El Beato Pironio fue un misionero con la palabra y con el ejemplo, fue un proclamador del Evangelio con todo su ser, así lo expresó el enviado de Su Santidad Francisco, Cardenal Fernando Vérgez Azlaga, quien presidió la celebración del nuevo beato argentino. Celebrada en la media mañana del sábado 16 de diciembre, en la Plaza General Belgrano, frente al Santuario y Basílica Ntra. Sra. de Luján, donde asistieron cientos de fieles de todas partes del país.

Concelebraron los Obispos argentinos, entre quienes estaba presente el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos y Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera junto a Sacerdotes del país y fieles. El Cardenal Vérguez Alzaga fue durante 23 años secretario personal del ahora Beato Pironio, durante el tiempo de servicio en la Curia Romana, donde trabajó en el desarrollo de la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) de San Juan Pablo II. Luego de la lectura de la biografía del Cardenal Pironio a cargo del Padre Ángel Witwer SJ (Postulador de la Causa), el Cardenal Vérguez leyó en latín la proclamación, declarando Beato al Cardenal Eduardo Pironio, siendo Mons. Carlos Malfa, Obispo de Chascomús quien leyera el mismo texto en castellano.

“Nos, acogiendo el deseo de nuestros hermanos Ángelo Donatis, vicario general para la diócesis de Roma y cardenal de la Santa Iglesia Romana; de Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján; y de los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina; así como de muchos otros hermanos en el Episcopado y de muchos fieles. Después de haber recibido el parecer del Dicasterio de las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que el venerable Siervo de Dios Eduardo Francisco Pironio, cardenal de la Santa Iglesia Romana, humilde pastor según el espíritu del Concilio Vaticano II, testigo de esperanza y paciencia evangélica, infatigable defensor de la causa de los hermanos más pobres, de ahora en adelante sea llamado beato.

Y que sea celebrado cada año en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho el 4 de febrero. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Dado en Roma, en San Juan de Letrán, el 18 de noviembre, dedicación de las Basílicas de los Apóstoles Pedro y Pablo del año del Señor 2023, decimo de nuestro Pontificado.

Papa Francisco”

Envueltos de la emoción, los aplausos yel tañer de las campanas de la Basílica se descubría la imagen del nuevo beato argentino. En la Homilía, el Delegado del Papa Francisco, Cardenal Fernando Vérgez Alzaga decía, “¡Magnificat! ¡Magnificat! Es la palabra y la oración que hoy nace espontánea en nuestros corazones. Es la palabra que resume la vida del cardenal Eduardo Francisco Pironio. Es la palabra que se repite continuamente en su Testamento espiritual como expresión de gratitud al Señor y a María, Nuestra Madre.

Gracias, Papa Francisco, por este don de quien fue hermano, padre y maestro para todos nosotros: su palabra, su vida y ejemplo están siempre presentes en nuestros corazones. Pironio fue un ejemplo vivo de fidelidad al Evangelio, a la Iglesia y al Magisterio del Papa. Huyendo de todo personalismo, comunicaba la verdad del Evangelio y la integridad de la tradición. Su vida espiritual se nutrió de la piedad eucarística, de gran devoción mariana y de la veneración a los santos. Fue un misionero con la palabra y con el ejemplo; fue un proclamador del Evangelio con todo su ser, es más, hizo de la misión su objetivo diario.

El Santo Padre, Papa Francisco, dijo: ‘hay santidad en América; se ha sembrado y se sembrará mucha santidad’. El beato es expresión de esta santidad, que brota del corazón del continente americano, que es fiel al Evangelio. Por eso, la beatificación del cardenal Pironio es una buena noticia, es una fiesta de alegría y de fraternidad. Es un don del Espíritu Santo para la Iglesia y para la noble Nación Argentina.

Concluyo con la invocación del nuevo Beato: <<Te elevo mi oración, Señor, por la mediación de María Santísima, tu Madre y Madre nuestra, Madre de Cristo Sacerdote y de los sacerdotes. María, la humilde esclava del Señor, la Virgen pobre, contemplativa y disponible, la Madre de la Iglesia y Madre mía. La Virgen del Fiat y del Magnificat. La Virgen causa de nuestra alegría y Madre de la santa esperanza. Tú, oh María, en cuyo santuario de Luján, en Argentina, fui ordenado sacerdote y obispo, … ayúdame a vivir con fidelidad la alegría de mi sacerdocio y a cantar contigo mi Magnificat sacerdotal>>. Beato Eduardo Francisco Pironio, ruega por nosotros”.

Luego de la bendición y al concluir la celebración el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga, los Obispos, Sacerdotes y el pueblo de Dios peregrinaron hasta la tumba del Beato Pironio. En aquel lugar, en el interior de la Basílica, el enviado del Santo Padre Francisco rezó una oración de acción de gracias por la beatificación del Cardenal Eduardo Pironio.-

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