Mons. Olivera | Brochero a todos llamaba amigos, era un hombre del encuentro, la amistad acorta distancias, no hacía zanjas, construía puentes

16 marzo, 2022

Mons. Olivera | Brochero a todos llamaba amigos, era un hombre del encuentro, la amistad acorta distancias, no hacía zanjas, construía puentes, la síntesis se desprende de la participación del Obispo Castrense de Argentina en una entrevista generada por “Corazón inquieto” y difundido en su red social de Instagram el 16 de marzo de 2021. Corazón inquieto, está conformado por jóvenes de la Universidad de Fasta, Buenos Aires, siendo uno de sus principales metas, responder las incógnitas más profundas de los hombres.

En el vídeo, Mons. Santiago Olivera, nos habla sobre San José Gabriel del Rosario Brochero, donde resalta, “todos los Santos, se adelantan a los tiempos, y Brochero ha sido un hombre que se adelantó, a lo que hoy tenemos claro que el Concilio Vaticano II después lo va a explicar, que la Evangelización está unida a la promoción humana. Una buena Evangelización hace posible un mayor crecimiento, una mayor dignidad de su pueblo y de su gente”.

 Además, compartió el Obispo, “Brochero tenía una característica muy especial, él hablaba en un lenguaje muy simple, que su pueblo lo entendía muy bien, invitándolos a la conversión y tocar el corazón de sus hermanos”. En final, destacaba Mons. Santiago, “Brochero a todos llamaba amigos, era un hombre del encuentro. La amistad acorta distancias, esto tenía Brochero y para el hoy, es muy importante, Brochero, no hacía zanjas, sino construía puentes”.

A continuación, compartimos la transcripción del vídeo de Mons. Santiago Olivera, Obispo Castrense de Argentina generado por Corazón Inquieto:

Todos los Santos, se adelantan a los tiempos, y Brochero ha sido un hombre que se adelantó, a lo que hoy tenemos claro que el Concilio Vaticano II después lo va a explicar, que la Evangelización está unida a la promoción humana. Una buena Evangelización hace posible un mayor crecimiento, una mayor dignidad de su pueblo y de su gente.

El Cura Brochero trabajó, justamente para que su pueblo, que era un pueblo postergado tuviera un progreso y un desarrollo. La clave es encontrarnos con Jesús, es decir, no es seguir toda una serie de normas, mandamientos o preceptos que a veces son ajenos a nosotros, lo seguimos porque nos hemos encontrado con Jesús y Él nos transformó la vida y nos cambió.

Sí esto no pasa, entonces tenemos que fortalecer nuestro encuentro con Jesús, Brochero a esto, lo tenía muy claro, él se preguntaba, cómo va a cambiar esta gente, y su respuesta era, el encuentro con Cristo. El Cura Brochero hacía viajes de muchos días, con frío a Córdoba capital, que son casi 200 kilómetros, transitando por las Alta Cumbres para que hagan ejercicios espirituales y después lograron la construcción de la Casa de Ejercicios Espirituales en Brochero.

Fundamentalmente Brochero era un hombre de Dios que amaba mucho a Dios, y amaba mucho a los hombres y mujeres de su pueblo y quiso darle lo que el mejor tenía, a Jesús. Cuando uno hace un retiro, se encuentra con Jesús y no podemos dejar de anunciarlo.

Brochero tenía una característica muy especial, él hablaba en un lenguaje muy simple, que su pueblo lo entendía muy bien, invitándolos a la conversión y tocar el corazón de sus hermanos. A la hora de destacar alguna virtud de Brochero, me es difícil definir una, podríamos decir su gran fe, pero ésta, está unida a una gran esperanza y a un profundo amor, diría las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) en una.

Brochero era un hombre profundamente creyente, lo digo en el sentido de que él tomó su vida y la entregó, era un hombre pobre, un hombre de palabra, un hombre que salía rancho por rancho en ese tiempo con su mula malacara a tocar los corazones. Yo digo, tocaba las puertas para que los hombres y mujeres se encuentren con Jesús en los ejercicios, eso era como tocar el corazón, estaba cerca de su pueblo, de su gente.

Brochero, fundamentalmente era un hombre de palabra, en Traslasierra, un río crecido es un río muy bravo, muy peligroso, Brochero lo cruzó. Cuando le preguntaron, por qué lo hizo, el respondió, cómo no lo voy a hacer, si Francisca me estaba esperando, yo le di mi palabra, me había pedido que le lleve la comunión y visitarla, Brochero era un hombre de Dios, un hombre muy cercano a su gente.

Como dice un libro que habla de su vida, «Brochero es más nuestro que el pan casero», podríamos decir que también que es muy argentino, primero con esa chispa cordobesa, era muy gracioso, tomaba mate, esto lo hace muy característico. Ese tomar mate, hizo posible la triste realidad, pero la gran oportunidad de su santidad, pero Brochero fue santo por toda su vida.

En su tiempo, visitando a su gente, a los enfermos de lepra, en aquel tiempo se los apartaba, el Cura Brochero decía, ya que sufren la enfermedad, cómo los voy a despreciar, cómo no voy a estar cerca. Según se sabe, en aquella actitud, uno de los enfermos le ofreció un mate y allí se contagió.

Pero también, algunos estudiosos de su vida, nos cuentan que no solo tomó mate, sino que los ayudaba, los cambiaba, los asistía, los acompañaba y así se contagió la lepra. Brochero, podríamos decir, como bien argentino era un hombre que tomaba mate con peperina como buen cordobés, tenía un lenguaje muy cercano a su gente, sencillo.

Él decía, <<Dios está en todos lados, pero como los piojos, está en los más pobres>>, o como cuando se refería a la lepra, <<la lepra no es lo hediondo lo feo, la lepra peor es la del alma>>. Parafraseando este modo de comunicar del santo, Francisco me hace acordar mucho a Brochero, el Papa dice, <<yo nunca he visto detrás de un cortejo fúnebre un camión de mudanza atrás>>, es decir, no nos llevamos nada. 

Brochero tenía esa manera, ese lenguaje que era entendible y cercano. Por ejemplo, para hablar sobre la Gracia de Dios, les decía, <<fíjese esa cabrita, que sube a las sierras, hace las heces y caen, así es la Gracia de Dios, que se desparrama por todos lados>>, un lenguaje que parece difícil, osado, pero que la gente lo entendía.

Brochero a todos llamaba amigos, era un hombre del encuentro. La amistad acorta distancias, esto tenía Brochero y para el hoy, es muy importante, Brochero, no hacía zanjas, sino construía puentes.

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