Mons. Olivera | La Beatificación de Brochero ha significado la respuesta de Dios a su pueblo, así lo expresaba en parte de un vídeo mensaje el Obispo Castrense de Argentina, al recordar este 14 de septiembre el V Aniversario de su declaración como Beato. Si bien transcurrieron 5 años de aquel septiembre de 2013, la memoria es tan fuerte que parece que fuera ayer mismo, cuando el viejo Valle de Traslasierra se agitaba en la gloria que enmarcaba la víspera de esta consagración de quien es un referente de fe en Dios Padre.
Aquella Villa del Transito como se llamaba el pueblo que hoy lleva su nombre, lo recibía con apenas 29 al Padre Brochero, en tiempos en donde todo era realmente un gran desafío, allí donde caminó junto a sus fieles, donde visitó, abrió caminos, fundó escuelas, ese pueblo, estaba presente para recibir y asistir a su llegada al altar de su Diócesis. Cuando el reloj marcó las cero horas del 14 de septiembre, el campito de la Beatificación, como así se denominó al lugar de la mayor fiesta en su nombre, al pie de las sierras occidentales, al oeste de su Iglesia y Santuario, cientos de miles de peregrinos ingresaban de los 4 puntos cardinales.
Era un mar de fieles que desde la Plaza Centenario subían en procesión por la calle 25 de Mayo, la misma de la Iglesia y Santuario, Ntra. Sra. del Tránsito (La Purísima) y Santo Cura Brochero, hasta los pies del Cristo Blanco, para ascender a ese predio donde en las primeras horas del día se celebraría la Santa Misa. Fue una noche típica serrana, fría, pero templada y gloriosa de fe, las voces de los peregrinos que cantaban a Brochero a la espera, mientras promediando la madrugada un sin número de artistas cantaron y honraron al inminente Beato.
El Rosario de la Aurora aun se escucha en los corazones de los brocherianos, que a pesar de la vigilia se emocionaban y llenaban de pasión en la cuenta regresiva esperando la consagración, cuando las primeras luces del amanecer fueron pintando ese cuadro. Era un océano de paisanos, de fieles, de hijos, nietos y representantes de quienes en vida conocieron al distinguido Cura Gaucho, con la procesión con el ingreso del Representante Papal, Cardenal Ángelo Amato, quien acompañado por las máximas autoridades de la Iglesia Argentina, iniciaba así, el comienzo de la ceremonia.
Allí, estaba nuestro Obispo, Mons. Santiago Olivera, pues en aquel tiempo era el Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje, allí lo vimos avanzar entre los sacerdotes que llegaron de todo el país y países vecinos, para estar cerca de Brochero. El ingreso de las reliquias del Beato, portadas por Nicolás Flores (el niño del milagro) y su familia, lograba conmovernos en un especial momento.
Todo se sucedía en un desarrollo litúrgico nuevo para quienes asistíamos por primera vez una ceremonia de esta magnitud, la que reunía allí en las sierras cordobesas, a más de 200 mil personas. Pero no fue hasta la lectura del Cardenal Amato, cuando hizo público el decreto de la declaración como Beato y al instante, se descubría su imagen, mostrándose allí en la cima de nuestro Valle de Traslasierra la estampa tan esperada.
El silencio, la emoción, y la brisa de las sierras que nos abrazó rasante, nos marcaba que, él estaba sin dudas allí, alumbrándonos con su fuerza, para interceder y acompañarnos en este tiempo de su consagración. Al respecto, Mons. Santiago Olivera, nos señala, la Beatificación del Padre Brochero, para mí ha sido, una experiencia religiosa muy importante. Doy muchas gracias a Dios, porque me ha posibilitado la gracia de estar cerca en el último tiempo del proceso de nuestro Beato y Santo Cura Brochero.
Ha significado también la respuesta de Dios a su pueblo, porque el pueblo rezaba mucho pidiendo la gracia de la glorificación de este sacerdote ejemplar. También para el país y para la pastoral argentina, tener no solo un referente sacerdote modelo, que aquí podemos mirar y tenemos que imitar su vida.
También, para toda argentina, Brochero es un ejemplar de ciudadano, es un integro, un hombre realmente muy importante para nuestra historia como país. Así que, la Beatificación de Brochero ha sido un acontecimiento importantísimo para la Iglesia y nuestra patria.
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