Mons. Olivera | Para Brochero, nadie estaba perdido, así lo afirmaba el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos y Obispo Castrense de Argentina, fue en el marco de una entrevista radial al conmemorarse un nuevo aniversario de la Pascua del Santo. Este 26 de enero, se cumplieron 108 de la partida de Brochero, en tal sentido, desde la emisora Punto 11 Radio, de la localidad de Alta Gracia, Córdoba fue entrevistado por Cristián Moreschi Mons. Santiago Olivera.

En el comienzo, Moreschi recordó el momento en que se conocía con Mons. Olivera, que fue precisamente en el tiempo de la Beatificación de Brochero, cuando era Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje. Cristián Moreschi fue uno de los conductores que animó desde el predio de la Beatificación aquel momento histórico en Villa Cura Brochero, tarea y gentileza que le agradecío a Mons. Santiago.

En paralelo a aquel tiempo de celebración, Mons. Olivera decía, “soy un agradecido a Dios y agradecido a Brochero que me ha regalado el haber podido estar en las dos fiestas, tanto en la Beatificación, como en la Canonización, podría no haberse dado, pero se dio, fue la confirmación de un suceso que se intuía desde que había fallecido el Santo, sabía nuestro pueblo, el de aquel tiempo y el de este, que allí, había un hombre de buena madera, un hombre Santo”.

Consultado el Obispo sobre, qué tiene de diferente Brochero a otros Santos, Mons. Santiago señalaba, “los Santos se adelantan a los tiempos yo creo, el Concilio Vaticano II se celebró 50 años después de la muerte de Brochero, éste, hablaba entre otras cosas, que la Evangelización estaba muy unida al desarrollo de la gente, de los pueblos. Brochero lo tenía muy claro, el entendió rápidamente que Evangelizar, anunciar la Buena Noticia a su gente les iba a generar un mayor bienestar, una mayor dignidad, el entendía que los corazones cambiarían en la medida que se encuentren con Jesús y también por lo tanto el desarrollo, el progreso y la dignidad”.

Ampliando, el Obispo, compartió, además, “Brochero siempre fue muy Cura y desde el Evangelio, trabajó junto a su pueblo para que haya caminos, construyó escuelas, se preocupó para que llegue el turismo, siendo el precursor de esta fuente de trabajo tan actual. Brochero fue un hombre como los demás, se dice de Jesús, que pasó como uno de tantos, que fue igual a nosotros menos en el pecado y Brochero, fue uno más entre los transerranos, se hizo parte de su pueblo, en su lenguaje, en su cercanía, en el humor, muy cordobés, muy encarnado con la tierra donde fue envíado y así, llevo a mucha gente a la santidad a través de los Ejercicios Espirituales”.

Profundizando un poco más, Mons. Olivera subrayaba, “lo que distingue a Brochero es que fue un hombre muy común, muy sencillo, un Santo muy cercano, que no te aleja, es un Santo que habla el lenguaje del pueblo, que entendía. Brcohero tenía un profundo amor a Dios en primer lugar, pero unido por el amor al projimo, a los más necesitados, a los condenados como él les decía, cuando era criticado, porque siempre acudía en auxilio de aquellas personas más necesitadas, el siempre respondía, <<la culpa la tiene Jesús que vino para ellos>>”.

En otro tramo de la entrevista, el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos declaraba, “la vida de Brochero, es una vida muy imitable, exigente sin lugar a duda, pero una santidad al alcance de todos. Para Brochero, nadie estaba perdido, esto es lo maravilloso de Brochero, siempre el miraba como mira Dios, dando una nueva oportunidad, comprendiendo, entendiendo”.

Añadiendo, continuó, “Jesús a cada uno de nosotros, nos mira siempre con paciencia, conoce nuestra fragilidad, nuestras falencias, nunca con un dedo acusador, nos abraza, hace fiesta. Brochero tenía una gran capacidad de hacer amigos, él hablaba con todos, a todos llamaba amigos, con los más importantes, pero su corazón estaba para los más perdidos, para los condena´u, como él lo señalaba”.

Hablando sobre el Santo, Mons. Santiago nos revelaba una gran virtud, “Brochero poseía una gran capacidad intelectual, era un Profesor de Filosofía en su tiempo, por eso supo adaptarse y adaptar el lenguaje y adaptarse a la cultura de sus serranos”. Entre las tantas frases que nos ha dejado José Gabriel del Rosario Brochero, Mons. Olivera eligió recordar, “<<le pedí al Señor que Dios me de la Gracia, que me saque de este mundo, confesando o predicando el Evangelio>>. Esta frase de Brochero es una maravilla para todos nosotros, pero también me da mucho consuelo saber que todos nosotros somos fruto de la oración de este Santo Cura, porque él, ha ofrendado su enfermedad y ha rezado por los hombres del pasado, del presente y del futuro”.

En el final de la entrevista, recordando su libro, Brochero, Pastor con olor a oveja, Mons. Olivera afirmaba, “yo veo muy parecido a Francisco con Brochero. Cuando el Papa Francisco habla del Cura salidor, del Cura Cercano, veo la vida de nuestro Santo, el Papa habla en un lenguaje que entendemos todos.

El Santo Padre, no solo habla, sino también se comunica a través de sus gestos, por ejemplo, al elegir los países más pobres para visitar, él va para que nosotros pongamos nuestra mirada en ellos, tal como lo hacía Brochero con los más necesitados. Estoy seguro de que, Francisco en la figura de Brochero se debe ver muy identificado”.-