Novena a la Virgen de Luján, Patrona de Nuestra Diócesis Castrense
Pastores y fieles de esta Diócesis compartimos la rica experiencia de tener a la Madre de Luján como nuestra celestial patrona. Al amparo de ella una vez más nos cobijamos en estos tiempos difíciles para que no abandone a los servidores de la Patria y nos preparamos juntos para transitar esta Novena a su lado y poder celebrar su fiesta el próximo 8 de mayo con un corazón renovado en amor y solidaridad, en servicio y esperanza, en esta Argentina que hoy, más que nunca, nos necesita. (Párrafo de la Carta de nuestro obispo, Mons. Santiago)
NOVENO DÍA: “EN LA ESCUELA DE MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA”
PETICIÓN: Por nuestra Diócesis
+En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración preparatoria:
¡Oh María! Bajo tu cuidado está nuestra Iglesia Diocesana, presente en toda nuestra Patria y más allá de sus fronteras. Renovamos nuestra petición confiada, la sigan amparando: la labor de nuestro obispo Santiago y la de todos los sacerdotes capellanes, la labor y vida de todos sus fieles. Cuida a cada uno, cuídanos y no permitas- nunca- nos apartemos de tu Hijo Jesús, fruto bendito de tu vientre. Amén
Lectura del día Evangelio según san Lucas 2, 1- 7
Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
Palabra del Señor
Le pedimos a nuestra Madre, la Virgen, nos regale un corazón de amor y pertenencia a la Iglesia y, particularmente, a la que peregrina en nuestra Diócesis.
Ofrecemos, nuestra comunión espiritual, por la intención de hoy:
Creo Jesús mío que estás real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte dentro de mi alma, mas ya que no lo puedo hacer en este momento sacramentalmente ven por lo menos espiritualmente a mi corazón. … Como si ya te hubiese recibido, yo me abrazo y me uno totalmente a ti. Nunca, nunca permitas que me separe de ti. Amén.
(San Alfonso Mª de Ligorio)
ORACIÓN FINAL:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu presencia soberana. No deseches mis humildes súplicas, oh Madre del Verbo divino, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén
+En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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