Triduo de Oración, segundo día

23 marzo, 2023

TRIDUO DE ORACIÓN

Consagración de Silvia Zárate al Orden de Vírgenes Consagradas

INTRODUCCIÓN

Origen del Orden de las Vírgenes Consagradas Cristo fue virgen, nacido de Madre virgen. Su doctrina sobre la virginidad es explícita. Ya desde los comienzos de la Iglesia, junto a los apóstoles, hubo mujeres que se propusieron seguir a Cristo con más libertad e imitarlo más de cerca, y cada una a su manera, llevaron una vida consagrada a Dios. (Cf. P. C. 1)

Allí surgieron en los comienzos de la Iglesia, con el esplendor de sus virtudes y con la actividad de su apostolado. Su máxima gloria era amar a Cristo con todo su ser virginal, dedicándole su vida entera.

Ellas, junto con los mártires, (muchas también lo fueron) fueron el testimonio irradiante de la vida de Cristo en el mundo, el reflejo más claro de su vida y la manifestación maravillosa de su Espíritu. Eran la expresión viva de la fe y el testimonio luminoso de la vida futura.

Hoy la Iglesia Católica restaura aquel rito solemne, de la Consagración de Vírgenes, y es sin duda uno de los tesoros más preciosos dejados como herencia a la Iglesia por su Fundador. (Cf S. Virginitas[1]).

El rito de la consagración de vírgenes expresa el horizonte de su espiritualidad eclesial. Como signo trascendente del amor de la Iglesia a Cristo, el Orden de las vírgenes está llamado a testimoniar el misterio de la Iglesia: “Virgen por la integridad de su fe; Esposa por su indisoluble unión con Cristo; Madre por la multitud de hijos”.

SEGUNDO DÍA                                                                 Jueves, 23 de marzo

+ EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. AMÉN

Los pasos de Dios, por nuestra Iglesia particular, de nuestra diócesis personal; los reconocemos ayudados por su gracia y con la confianza que nos da su fiel promesa: Yo estaré siempre con ustedes.

Ese paso de Dios, que veremos constatado también, en la Consagración de nuestra hermana Silvia en el Orden de Vírgenes, lo queremos celebrar, teniendo unos días de preparación, con la oración que realizaremos ayudados por este Triduo.

En este segundo día, contemplaremos el Evangelio, donde Jesús toma la clara imagen de la sal y de la luz, con una invitación

EVANGELIO                                                                                San Mateo 5,13-16.

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

(Hacemos un momento de silencio- releemos pausadamente el Evangelio, imaginemos la escena… detengámonos en aquella palabra o imagen que más me llame la atención, que me guste más… hago memoria de alguna reflexión que haya escuchado de este pasaje…)

Compartimos algo que nos puede ayudar a descubrir el misterio de la consagración que vamos a vivir…

La vocación no es un asunto de razonamientos complicados. La vocación no es para corazones calculadores, miedosos y egoístas. La vocación es problema de amor, y por eso sólo la entienden los corazones grandes y generosos. La vocación es: ser conscientes de que Jesús nos ofrece su amistad. Aceptarla e ir intensificando esa amistad con el trato, es ponerse en camino de responder. Poco a poco se irá transformando nuestro corazón y se irá haciendo semejante al de Jesús, convirtiéndonos, así, en verdadera sal de la tierra y luz del mundo.

Por eso queremos poner “nuestra mirada en Jesús, nuestra mirada en Él. Mirada contemplativa y agradecida porque: Él, es el que nos llamó. Él, es el que nos amó hasta el Extremo. Él, es el que nos mira siempre amando. Él, es el que nos renueva. Él, es el que nos espera. Él, es el que nos busca. Él, es el que nos sana. Él, es el que nos perdona. Él, es el rostro de la Misericordia. Él, es el que murió por nuestra Salvación. Él, es el Dios con nosotros”1

Si ponemos así, nuestra mirada en Jesús y dejamos de lado todo cálculo mezquino, irradiaremos la Luz de la Buena Noticia, del consuelo y de la esperanza que no defrauda; dispensaremos la sal, que “sabrosea” la vida con lo sabroso del Evangelio, la caridad que no cansa, que aligera la carga; y el gozo que da la Pascua, misterio central de todo discípulo misionero.

(Momento de silencio)

CON LA PRESENCIA DE MARÍA, VIRGEN Y MADRE NUESTRA

Que la Virgen María nos ayude a hacer nuestra fe cada vez más operante por medio de la caridad; la esperanza y la fe; dejemos que ella nos conduzca la mirada hacia Jesús, el fruto bendito de su bendito vientre; para que seamos sal y luz, portadores del gozo y la esperanza, no para guardarlos mezquinos, sino para compartirlos con confianza.

Con esta intención e iluminados por la Palabra de Dios, rezamos (al estilo del Rosario) un misterio contemplando: “Queremos ser sal y luz, testigos alegres de la fe, la esperanza y la caridad”.

Rezamos Padrenuestro, 10 Ave María y 1 Gloria

(Al finalizar el Gloria rezamos: “Manda Padre muchos y santos obreros a tu mies, conserva y santifica a los que están“).

REZAMOS JUNTOS

Llenos de alegría y gozo por sentirnos llamados a la gran misión de anunciar la Buena nueva a todos los hombres, dirijamos al Padre nuestra oración confiada.

“Te rogamos, óyenos”

• Por la Iglesia de Dios, el Papa Francisco y nuestro obispo Santiago para que el Espíritu anime su misión. Oremos

• Por nuestra hermana Silvia, para que en la oración busque y fortalezca su espíritu de servicio y entrega a los demás. Oremos

• Por los sacerdotes y seminaristas para que encuentren siempre tiempo dedicado a la oración. Oremos

• Por nuestros jóvenes, llamados a la santidad, descubran ese camino a seguir. Oremos

• En la familia y realidades pastorales, podamos experimentar siempre tu Presencia. Oremos

• Para que todos nosotros seamos verdadera sal de la tierra y luz del mundo, y no nos quedemos a medias, en la desconfianza, en la inseguridad, en el conformismo.

Oremos

Padrenuestro: Elevemos al Padre eterno, sustento de toda vocación, la oración que su hijo, Jesucristo, nos enseñó: Padre nuestro…

ORAMOS CON LOS SANTOS                                               San Francisco de Asís

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.

Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.

Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.

Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.

Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.

Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Maestro, que yo no busque tanto ser consolado,

cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender,

ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe,

es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,

es perdonando, como se es perdonado,

 es muriendo como se resucita a la vida eterna… Amén

+EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO

______________________

[1] Mons Santiago. Misa Crismal 2019

Abre el seminario diocesano castrense

Necesitamos tu ayuda para el sostenimiento de los seminaristas

Noticias relacionadas

Orillando el Encuentro N° 93

Orillando el Encuentro N° 93

Orillando el Encuentro N° 93, ya se encuentra disponible el boletín informativo de la Diócesis Castrense de Argentina, disponible en formato PDF para leer, descargar e imprimir. En esta nueva edición, encontraremos el mensaje de nuestro Obispo, Mons. Santiago...

CASA ROSADA | Rezamos por nuestro país, por la paz, la justicia, por quienes trabajan en nuestros gobiernos para que lo hagan con sinceridad y con esmero por el bien del pueblo, por la auténtica justicia social, por la fraternidad

CASA ROSADA | Rezamos por nuestro país, por la paz, la justicia, por quienes trabajan en nuestros gobiernos para que lo hagan con sinceridad y con esmero por el bien del pueblo, por la auténtica justicia social, por la fraternidad

CASA ROSADA | Rezamos por nuestro país, por la paz, la justicia, por quienes trabajan en nuestros gobiernos para que lo hagan con sinceridad y con esmero por el bien del pueblo, por la auténtica justicia social, por la fraternidad, así lo expresaba el Obispo Castrense...

0 comentarios

Pin It on Pinterest

¡Compartí esta noticia!

¡Enviásela a tus amig@s!